14 de abril de 2011

Lo bueno de los 40

Escalofríos me dan solo de pensarlo… 14 de abril, la República… ¡y mi cumpleaños! Los cuarenta hace tiempo que no los cumplo, ya son cuarenta y cuatro. Y duelen, la verdad es que duelen, sobre todo porque yo me veo igual por dentro (incluso mejor), pero no por fuera. Vamos, tampoco es que necesite grandes retoques, pero ahí están los años. Si mi madre me lee me dirá “Nena, no le recuerdes a tu marido la edad que tienes”, “Mamá, ¡como si no lo supiera!”, “Da igual, tú hazme caso”. En fin, de eso tendremos que hablar un día de estos (vosotros y yo, quiero decir), de la edad, si importa o no importa.

Hace un año os conté lo que nos pasa a las mujeres a los 40. Madre mía, la de cosas que nos pasan…, tuve que hacer dos entradas: esta y esta otra. Me reí mucho escribiéndolas, nada como reírse de uno mismo para superar las desgracias, pero releyendo aquello veo que casi todo lo que conté era malo, así que este año voy a ser más positiva, que no se diga. Venga, vamos allá… ¿Qué cosas buenas nos pueden pasar a las mujeres a los cuarenta y tantos?

-          Podemos mejorar con la edad. Ser “mayor” no tiene por qué querer decir estar peor que a los veinte, ni mucho menos. Y lo digo convencida. Seremos menos jóvenes, pero no tenemos por qué ser menos interesantes. La madurez y, sobre todo, la experiencia bien aprovechada, nos dan una seguridad que se refleja en la cara. Ya no solo hay “maduritos interesantes”, también hay cada vez más “maduritas interesantes”. Y esto vale a los 40, 50, 60…

    Sabemos lo que queremos, o al menos sabemos lo que no queremos, que no es poco.

-          Podemos encontrar al hombre adecuado, aunque hayamos tenido malas experiencias, o seguramente por haberlas tenido. A los cuarenta sabes lo que quieres y lo que no, vives sola por elección propia, porque “mejor sola que mal acompañada”, y si decides compartir tu vida con alguien es porque merece la pena. Pero lo que es mejor: si no llega a funcionar, sabes que no es el fin del mundo.

-          Y hablando del hombre adecuado, ese hombre puede ser más joven que tú, ¿por qué no? Muchas amigas de cuarenta me han comentado ya que les gustan más los de treinta que los de cuarenta, que se sienten más identificadas con ellos, que los de cuarenta son muy “mayores”, sobre todo de espíritu. La verdad es que el tema da que pensar, ¿no? Yo no lo comparto, creo que lo importante es la persona, que la edad se lleva dentro, aparte de llevarse fuera, pero las cosas han cambiado, y lo cierto es que una diferencia de edad de diez años sigue resultando chocante, pero ya no es un escándalo.

-          Podemos tener hijos sin que nos miren como a bichos raros. Algunas locas de remate como yo decidimos volver a empezar a los cuarenta y tantos, y doy fe de que no es mucho más duro que a los treinta, pero sí se disfruta mucho más y se tiene más paciencia.

-          El sexo es mejor a los cuarenta. Ya lo dice el refrán, “gallina vieja hace buen caldo”. He repescado esta noticia que habla del tema: “Las cuarentañeras arrasan en la cama"Según un estudio, La vida sexual de las mujeres mejora con la edad. Y es a los cuarenta cuando alcanza su punto álgido. Según los expertos, las mujeres saben mejor lo que quieren y tienen una mayor confianza en sí mismas al llegar a esta edad”.




En cuanto a las cosas malas, casi todas relacionadas con el físico, qué os voy a contar… Pues que siguen igual. Tampoco es que esté yo muy pendiente, más bien intento no mirar mucho, porque ¿para qué? Lo que se cayó hace tiempo, ya no se levanta. Lo que se arrugó, ya no se alisa. El pelo blanco no se colorea. Los kilos no se van solos. Las alas no se contraen.

El consuelo es que hay pocas desgracias nuevas. Yo hace unos meses descubrí una: se arrugan las orejas. Hay que joderse… Sí, lo descubrí en un ascensor. Es que los espejos de los ascensores y de los probadores son criminales, yo creo que las luces esas las eligen hombres que odian a las mujeres, no me lo explico. Yo me he “desembarazado” hace menos de un mes y creo que me voy a comprar la ropa por correo hasta que adelgace diez kilos, por lo menos.

Así que decidí ponerme crema en las orejas cada vez que me pusiera en la cara. Para quien no lo recuerde, ya sabéis: hay que ponerse crema en la cara, en el cuello, en el escote para la piel de pollo, alrededor de los ojos, en el labio-labio y encima del labio, en el cuerpo, en las manos, en los pies… y creo que no me olvido de ningún sitio. Y no puede ser la misma crema en todas partes, eh! Ni la misma de día que de noche, que no me entere yo… Pues a esa lista le añadís las orejas. Vale… confieso que solo me he puesto crema en las orejas tres o cuatro veces, va… Y que últimamente me compro las cremas en Mercadona, que son baratísimas y me da que hacen el mismo efecto que las otras. Veis, otra cosa buena que tiene la edad: te vas gastando cada vez menos en cremas J.

El caso es que hay una cosa que quiero probar, lo he descubierto esta mañana leyendo el periódico, y aunque me ha recordado al invento de las fajas para alas (aquí), por lo surrealista, yo esto tengo que probarlo:  “El sujetador antiarrugas”.


A que mola, ¿eh? La verdad es que he tenido que leer la noticia para entenderlo, porque así por la foto me parecía más un artilugio de sex-shop o una camiseta puesta al revés, con la espalda delante: El sujetador antiarrugas es un sujetador de noche sin copas que mantiene el pecho en su lugar durante la noche. Las mujeres que duermen de lado, descubren arrugas verticales en su escote cuando se despiertan, causados por la opresión de los pechos uno contra el otro mientras se duerme. Estas arrugas empeoran y finalmente no desaparecen del todo. La Decollette previene estas arrugas y hace que las ya existentes desaparezcan, según han demostrado las pruebas de CERCO”. Curioso, ¿verdad? Eso sí, el churri se puede descojonar si me ve con eso puesto, pero yo lo tengo que probar.


En fin, que cumplir años no es tan malo, ¿no? Y al fin y al cabo, la alternativa es muchísimo peor, así que mejor vamos a por los cincuenta con buena cara.

12 de abril de 2011

Buscando, buscando…


… Llegaron a este blog.

Bueno, lo primero deciros que ya di a luz (algunos lo sabéis por los comentarios del post anterior), de ahí mi casi completa desaparición del último mes y pico. Fue el 18 de marzo, y he tenido un niño que me tiene loca. Loca en todos los sentidos, de amor y de sueño, porque ya no recordaba yo lo que era esto de vivir para un bebé. Entre la teta y los pañales apenas me queda tiempo para ducharme, así que mucho menos para leer o pasar por vuestros blogs, pero sarna a gusto no pica, estoy encantada de la vida. Así que mientras preparo un post “más serio” a ratos, he recurrido a las búsquedas del Google Analytics, al que me suscribí hace un año, y que son bastante curiosas.

Me he dado cuenta de que la mayoría de las búsquedas se pueden agrupar en varios temas, os pongo los principales:

“Como ligar en una boda” y similares: Este es el número uno, y coincide con una de mis entradas favoritas,  que hice a petición de Eva. Me reí mucho escribiéndola, y aunque no sé si a alguien le ha resultado útil, estoy convencida de que el método que describo funciona. No he podido probarlo porque ya estaba emparejada cuando lo escribí, y espero no tener ocasión de comprobarlo. Al final de este post lo repesco, podéis leerlo más adelante.

Tocar culos: Por lo visto hay mucho tocaculos y mucha víctima de tocaculos en la red. “culos tocados en el bus”, “tocando el culito en vaqueros”, “como tocar bien un culo a tu amiga”, “culos tocados por hombres”, “hombres tocando culos”, “me gusta tocar culos”, ”el rincón del culo” (me estoy planteando cambiarle el nombre al blog…), “tocando culos y corriendo”,  …. Para el que no lo sepa, cuidadín con los que llevan gorra roja y te miran raro, os lo conté aquí: "Reacciones ante una tocada de culo con alevosía (Historia nº1)".

Mujeres desesperadas que quieren que sus maridos les ayuden o hagan lo que ellas quieran. Este es otro clásico, no sé si a alguna le habrán dado resultado algunos de los post dedicados al tema: “El marido esclavo perfecto”, “como convencer a tu marido para que limpie”, “como conseguir un marido bueno”, “como hacer que un hombre haga lo que tú quieres”, “como conseguir otro marido” (esta tiró la toalla…), …

“Chorba agenda”: A mí me descubrió la chorba agenda mi hermano, y al parecer es algo bastante común. A la versión masculina yo la llamo choto agenda, y os conté todos los secretos sobre comodines y demás en este post.

Los pedos y el matrimonio: Al parecer van muy unidos, a juzgar por las búsquedas de la gente. “los pedos de mi marido”, “los pedos en el matrimonio”, “maridos pedorros”, “mi mujer se tira pedos en la cama” (también las hay, también), “quitar palominos de los calzoncillos”, tengo pena casarme por los pedos”, … Pues para este problema se inventó la manta absorbe pedos, que me inspiró este post.

Y después tenemos búsquedas variadas, algunas bastante curiosas:

-          el guisante ese gran desconocido: ¡¿El guisante?! Bueno, buscaba el guisante y llegó al clítoris…
-        
-          aprender a mear dentro de la tapadera”: Y dentro del váter, mejor aún…

-          apuesta a su mujer y la pierde un apartida de poker y se la follan video”: Qué barbaridad…

-          brujeria para aprender a poner cachondas a las mujeres”: En fin, somos raras, pero tampoco es tan difícil ponernos cachondas.

-          Cazando enanas vírgenes”: Desde luego, hay gente para todo.

-          como entrar a la parienta ella esta tranquila viendo la tele y yo quiero sexo con ella”: Madre mía, lo tienes difícil, seguro que te dice “¿y tiene que ser ahora?. Puedes aplicar el método directo: ¿follamos?

-          como entretener a un tio para que me quede en su casa”: Mira qué lista... Para esta tendría que hacer un post.

-          como volver loco a tu marido para hacerle preguntas de sus experiencias sexuales: ¿Y si se lo preguntas directamente? Si no cuela, le puedes emborrachar, no hace falta que le vuelvas loco, no?
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-          en cuanto tiempo se nota el gimnasio si estas canijo”: Ni idea.

-          es normal querer tirarse pedos mientras tienes relaciones”: Pues muy normal no creo que sea, no.

-          es valido ponerse calcetines en los huevos cuando se tiene el pene chiqito”: Esta no la pillo O_O

-          follando con el socio de mi marido”: Hay que ver…
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-          mi marido mirando la tele y yo follando”: ¿Con él o con otro?
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-          preguntas absurdas de maridos”: Si yo te contara…
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-          que le pasa al marido cuando se le da leche materna”: Pues hombre, pasarle no creo que le pase nada, pero mejor no se lo cuentes si lo haces.
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-          receta para que tu marido te de dinero”: Mi receta no sé si da para tanto, la verdad.

-          si un hombre te dice q esta ocupado sera verdad?”: Yo no me fiaría ;).

-          si un hombre te dice que no quiere enamoramientos ni rollos raros”: Hazle caso, que siempre pensamos que necesita tiempo, y así nos va…
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Para terminar voy a repescar el post de “Cómo ligar en una boda”, que, como os he comentado, es uno de mis favoritos. Se lo dedico a Eva, que me lo pidió hace más o menos un año, y creo que va camino de pedirme otro sobre “Cómo organizar una boda” ;).



CÓMO LIGAR EN UNA BODA

Con la primavera empieza la temporada de bodas y conviene ir preparándose, porque una boda es un acontecimiento lleno de oportunidades y puede que encuentres al hombre de tu vida. O como mínimo, a un comodín interesante, nunca se sabe…

Las bodas son algo muy serio que hay que planificar con esmero. Todos los detalles cuentan, no lo olvides. Empecemos por lo más importante: la actitud. Sí, sí, la actitud, no me he equivocado. Lo más importante no es el modelito que lleves o lo guapa que seas, no. Lo más importante es sentirte guapa y llegar decidida a pasar un buen rato, independientemente de lo que pase o no pase. No puedes ir en plan derrotista, con pensamientos del estilo “¡Vaya rollo, otra boda! ¡Ya llevo cinco este año!”. No no no. Ni pensar todo el rato en que te sobran cinco kilos, o que te ha salido una arruga nueva, eso tampoco. Si algo he aprendido en todos estos años, es que tener una actitud positiva y saber reírse de uno mismo es la mejor fórmula para atraer a la buena suerte. Una sonrisa es posiblemente lo más sexy que puedes llevar puesto. Dicho esto, sigamos con la estrategia.

¿Qué te pones para ir a una boda? Como lo nuestro (lo de las mujeres) es bastante más complicado que lo vuestro, empezaré por nosotras y después os daré un repasito a vosotros ;).

El traje de matar es en esta ocasión un punto clave para que la “operación boda” tenga éxito. Es obligatorio enseñar algo, pierna o pechuga, lo que prefieras. Pero tampoco te pases, eh! No vayas despampanante, que hay que ser solidaria, deja algo para las demás… Ante la duda, no sigas modas raras y opta por el vestidito negro, es un clásico que nunca falla.

Por supuesto, debajo del vestido ponte un conjunto también sexy y que no se note. Lo suyo es que parezca que no llevas nada, el resto ya se lo imaginarán los demás. Una buena ducha, pelo arreglado (no hace falta que sea de peluquería), bien depiladita (prohibidos los bigotillos asomando por los lados del tanga, le puede dar un pasmo al elegido), crema corporal y facial, maquillaje, manos arregladas, pies también, algo de colonia, y que las joyas no sean recargadas, no es cuestión de parecer una faraona. En total échale un par de horas a los preparativos y tómatelo con calma.

Es importante lo que lleves en esos bolsos diminutos que se usan en las bodas. El equipamiento básico creo que debería ser este:

- Kleenex: fundamental.
- Llaves de casa: obvio.
- Pintalabios: facultativo, solo para algún retoque, tampoco hace falta llevar el maletín de la Srta. Pepis.
- Preservativos: súper importante! Pero no solo uno, al menos dos o tres.
- Tampax: Uy, qué pena como tengas que llevar tampax…
- Móvil: Puedes tener que apuntar algún teléfono ;).

Quizá tengas que recurrir al conocido “¿Nos tomamos la última en mi casa?”, así que antes de salir déjala ordenada por si acaso. Nada de sujetadores tirados en el sofá, ni la ropa sucia en el suelo del baño. En la nevera, cerveza o cava.

Como la información es poder, es muy importante tomar posiciones unas semanas antes de la boda: pregúntales a los novios cuantos solteros habrá y pide referencias, y de paso intenta que te pongan en una mesa con hombres interesantes. Eso te permitirá jugar con ventaja frente a otras competidoras más improvisadoras. Lo bueno de las bodas es que los hombres vienen normalmente con Sello de Garantía, y esto pocas veces ocurre. Y por supuesto, ¡prohibido sentarte en una mesa de parejas! Si los novios tienen problemas para hacer las mesas, se siente... Yo me casé hace unos meses y tenía 13 o 14 solteras para colocar y sólo 3 o 4 solteros disponibles. Fue una pesadilla distribuirlos, pero nos lo curramos. El insensible de mi futuro marido me decía “pues las ponemos a todas juntas y hacemos dos mesas de mujeres”, “¡pero tú estás loco!”, le decía yo, “¿cómo voy a ponerlas a todas juntas?, ¡menudo aburrimiento de boda!”.

Bueno… ya estamos mentalizadas y preparadas para matar, así que empieza la guerra. La parte inicial en la iglesia, ayuntamiento o juzgado no da mucho juego, aunque puede servir para ir escaneando al personal masculino, pero sin estresarse, eh! que hemos venido a divertirnos... Sin embargo, el cóctel de bienvenida está muy bien para preparar el terreno. Puedes ir tomando posiciones y luciendo palmito, a la vez que activas el modo Terminator para encontrar a la posible víctima.

Un inciso: no me toméis muy en serio porque yo misma me descojono escribiendo estas chorradas, me estoy estresando sólo de pensar que en una boda tendría que hacer todo esto! :D

En fin, sigo. En la mesa te puedes encontrar de todo: al plasta, al feo, al simpático, al buenorro, a la rival… La ventaja durante el convite es que la presa no tiene fácil escapatoria, y “donde pones el ojo, pones la bala”, así que aprovecha! Elige a la víctima y hazle ojitos, pero ten preparado un plan B por si acaso no tienes éxito y te toca cambiar de objetivo.

Una advertencia importante: Hay que tener mucho cuidado con un tipo de hombre en particular, el soltero-que-no-lo-es. Este individuo es aquél que tiene novia o mujer y no lo dice. Suele esquivar una pregunta directa acerca de su estado civil o sencillamente mentir como un bellaco, así que cuidadín, te puedes encontrar con un picha-loca o con un hombre queriendo comprobar si todavía le queda sex-appeal.

El baile es el momento perfecto para el ataque cuerpo a cuerpo. Puedes entrar a saco, llevándotelo a bailar el vals, o esperarte a la barra libre. El único inconveniente de las bodas es que no hay barra y no podrás practicar la postura de la avispa que describí en “como entrarle a un desconocido sin parecer una guarra”, pero la ventaja es que aquí nadie te tomará por una guarra. Es una boda, y ese día todo vale.

Es fundamental que estés atenta a posibles competidoras. Si se da el caso, ¡quítalas de en medio rápidamente! No olvides que los hombres son facilones y se distraen enseguida, especialmente con un buen escote. Estate atenta y actúa con contundencia si se da el caso, puedes tener que precipitar los acontecimientos.

Si superas todos los obstáculos y consigues llevarte a casa al elegido, podría surgir una complicación imprevista: que se te pegue un amigo poco avispado que no se dé cuenta de que hay tema, y pretenda tomarse la última con vosotros. Como tres son multitud, no te cortes, lánzale una mirada asesina y si no se da por aludido y desaparece, es el momento de decirle: “Mmm… ¿Tú no te ibas ya?”. A mí me ocurrió una vez, y era tan pava por aquél entonces que no dije nada y acabé con la víctima y su amigo tomando café en mi casa. Lo que hay que ver…

Vayamos ahora con los hombres. El papel de los hombres solteros en una boda es menos complicado, ya que en este caso sois el sujeto pasivo. Como casi todo lo van a hacer ellas, vosotros tenéis que estar en guardia, con el rádar activado para detectar señales, y en perfecto estado de revista. Hay dos cosas fundamentales a tener en cuenta:

- Lo primero: Sé tú mismo, no intentes aparentar lo que no eres, y no olvides que las mujeres somos malas pero no mordemos, así que relájate y entra en el juego. Por supuesto, la actitud cuenta igual que para ellas, no liga más el más guapo, ni mucho menos.

- Lo segundo: Cuida el envoltorio. Puedes seguir este sencillo guión:

1. El pelo en general: El de la cabeza, con un buen corte. La gomina es una opción, pero bien puesta, que no parezca que llevas un casco. Si te queda poco pelo, rapado al cero es una apuesta arriesgada, pero puede quedar muy bien, y si no te atreves a tanto, muy cortito está bien. Y por supuesto, prohibidas las ensaimadas de pelo lateral para tapar la cabeza. Qué horror… El pelo “de abajo” arregladito, no nos gusta encontrarnos con al selva virgen, no. Fuera entrecejos y ojo con los pelillos de la nariz! Piensa que habrá mucha luz y en las distancias cortas se ven todos los detalles.

2. Las manos y los pies con las uñas cortitas, tampoco nos gusta descubrir que nos hemos liado con un gavilán cuando se quite los calcetines, no no no.

3. La colonia: después de una buena ducha y un buen afeitado, hay que perfumarse, aunque sin pasarse, tampoco es bueno ir dejando rastro.

4. La ropa interior: el bóxer negro es una apuesta segura, y los calcetines tipo media nooo, por favor. A mí me parecen de mujer, nunca he entendido por qué los usan los hombres.

5. El traje: ante la duda, el negro no falla. Salvo que estés muy seguro de ti mismo y sepas lo que haces, no te atrevas a experimentar con colores o trajes modernos. El look informal, con chaqueta, pantalón, y camisa sin corbata, puede quedar muy bien. Aunque hay que saber llevarlo, eso tenlo también en cuenta.

6. Los zapatos: prohibidos los zapatos del tipo “chúpame las puntas”. Menos esos, los que quieras.

7. El toque final: gafas de sol. Quedan muy sexys y le dan al conjunto un aire a lo Blues Brothers que nos suele gustar.

Espero que os hayan servido de algo estos consejos, aunque si todo el mundo me hace caso, parecerá más un funeral que una boda, con todos de negro. Para ser sincera, he de decir que solo he ligado una vez en una boda, con un soltero-que-no-lo-era, y encima se me apalancó el amigo. Aunque ahora que lo pienso, igual era una estrategia del tío para no quedarse solo ante el peligro, mmm…

EPÍLOGO:

Hay otra opción mucho más sencilla para ligar en una boda: sé tú misma, no hagas nada especial, no te fijes en nadie en particular, y diviértete. Lo que tenga que pasar, pasará. Mira por donde, a lo mejor esta funciona mejor… ;)