22 de abril de 2012

La viagra y el cerebro, una boda, un cumpleaños y un dilema


Si, sí, lo sé, el título que he puesto es un poco caótico, pero es que ya que estoy a solas con blogger desde hace mucho tiempo, voy a aprovechar y os voy a contar varias cosillas, así en plan "post-pupurri".

Empiezo por la Viagra. Ayer estaba viendo una película con mi hijo mayor, de doce años, como muchos ya sabéis, y nombraron varias veces la palabra Viagra con el cachondeo correspondiente. Al cabo de tres o cuatro veces miré de reojo a mi hijo, y viendo la cara de póker que ponía, me decidí a preguntarle:

- Mmm... ¿Sabes lo que es la Viagra?
- Hombre, claaaaaroooooo...
- Mmm... ¿Seguro? ¿Qué es?
- ¡Jo! ¡No te lo voy a decir! ¿Cómo te voy a decir eso?
- Venga, va, que no tengo yo claro que lo sepas.
- ¡Pues es algo para el cerebro!
- (¡Toma ya! Pues mal encaminado no iba, jaja, "el otro cerebro". Pero eso no se lo dije, claro). ¿Para el cerebro? ¿Y nada más?
- Bueno sí, para "las partes".

Ahí ya iba apuntando mejor, pero desde luego no sabía más, sólo que era algo para "las partes", que es como llama mi hijo a eso, a "las partes", está clarísimo. El caso es que le aclaré el tema pero fui breve, porque estaba cortadísimo y no quise alargar el sufrimiento.


A ver, más cosas... "La Boda". ¡Ay, esa boda! La de mis amigos blogueros Juanjo y Eva. Bueno, blogueros y de carne y hueso, porque ya los he virtualizado un par de veces, pero nos conocimos aquí, así que se quedarán siempre como amigos blogueros. Ya os conté su historia de amor después de la quedada que hicimos el año pasado en Valencia, así que no me voy a enrollar mucho, pero no deja de sorprenderme las casualidades que tiene la vida, que pueden cambiar tu futuro en un segundo, de la forma más asombrosa. Os resumo esta en concreto:

- Primer paso: Yo misma leyendo los comentarios de un post de Fiebre. Aclaro que no me da tiempo a leer todas sus entradas, aunque no por falta de ganas, y desde luego pocas veces me puedo entretener en los comentarios de la gente. Pero ese día quiso el destino que leyera casi todos, y que me entretuviera en uno en concreto de un tal Juanjo.

- Segundo paso: Juanjo le recomendaba un vídeo a Fiebre, y se me ocurrió pinchar. Si no suelo leer todos los comentarios, menos todavía pinchar en los enlaces que deja la gente. Pero ese día lo hice.

- Tercer paso: Me gustó el vídeo e hice un post.

- Cuarto paso: Juanjo pasó por aquí y dejó su comentario.

- Quinto paso: Eva, que siempre pasa por aquí, dejó el suyo y empezaron a usar mi blog como si fuera un chat, con petición de matrimonio incluida. Quién les iba a decir cómo acabarían...

Total, que si ese día no llego a pasar por el blog de Fiebre y sus comentarios, igual no estarían juntos! O quizá sí, porque si era el destino, mmm... El caso es que hace unos meses me cuenta Eva que ya tiene fecha para la boda: el 14 de abril. ¡Toma ya! Me quedé muerta... ¡mi cumpleaños! No hace falta decir que era pura casualidad, obviamente, pero yo ya le he dicho a Eva que está claro que esto es el destino, si tienen una hija tienen que llamarla Susana, aunque sea de tercer nombre. Toma nota, Eva ;).


Y esto me lleva al cumpleaños............... 45................ ¡Buf! Yo ya no sé qué hacer, esto no para, cada año cumplo uno más, debe ser una maldición o algo así. Y mejor este año no os cuento todas las desgracias de los cuarenta porque me voy a acabar repitiendo, así que lo dejamos para los 46, que seguro que ha aparecido algo nuevo, y de paso hacemos un recopilatorio. Aunque acabo de leer esta noticia de una señora que sigue siendo modelo a los 83, y la verdad es que una se anima, porque la señora tiene sus arrugas y todo, aunque hay que reconocer que está estupenda, pero al menos no se ha hecho cosas raras de esas que deforman la cara, que ve una cada cosa, que acaba pensando "¡que me quede como estoy!".


¿Qué me faltaba? ¡Ah, sí! El dilema. Como os diría yo... hace un par de meses empecé a "trabajar" para el INEM, ejem, y como esto lo venía venir hace mucho tiempo, llevo pensando en el tema desde hace ni-se-sabe-el-tiempo. El dilema es este ¿Emigrar o no emigrar? Cuando tienes veintitantos la respuesta es bastante fácil, o al menos yo tendría la respuesta muy clara. Emigraría, sin dudarlo. ¿Por qué? Porque soy de las que piensa que en este país no hay futuro ni a corto ni a medio plazo, y probablemente a largo tampoco, pero eso queda muy lejos. El caso es que con cuarentaytantos la cosa se complica. Por los niños (aunque eso es lo de menos), porque uno de los dos tiene un padre (que no es mi marido) que tendría algo que decir, porque empiezo a ser "demasiado mayor" para trabajar, porque mis padres empiezan a ser mayores, porque romper con todo a esta edad cuesta mucho más que con veinte años menos, porque empieza a dar pereza tomar determinadas decisiones, ... en fin, es complicado.

El caso es que, por si acaso y porque nunca viene mal, me he puesto a estudiar otra vez idiomas en plan serio, y de ahí que estoy en paro, pero tengo menos tiempo libre que antes, y mis momentos de paz se limitan normalmente a las 10:30/11:00 de la noche, cuando las fieras duermen. Y a esa hora mis neuronas no es que duerman, es que están muertas, y solo me sirven para ver algún capítulo de Los Soprano mientras hago ganchillo (Sí, es una mezcla un poco rara, lo sé).


Y como este momento de paz se va a terminar pronto, porque el enano se va a despertar de un momento a otro, voy a buscar alguna imagen para adornar el post y lo cuelgo tal cual, escrito del tirón. Con un poco de suerte hasta podré visitaros, aunque eso sí que lo hago de vez en cuando, la mayoría de las veces "en silencio" desde el Reader, pero algo es algo. Ya vendrán tiempos más parlanchines. Mientras tanto, os mando un beso fuerte :).