30 de mayo de 2010

Los mensajes como instrumento de caza (EDITADO)

(Editado en la parte de "cómo despedirse").


En capítulos anteriores analizamos las técnicas de caza nocturnas de hombres (aquí) y mujeres (aquí). Pero no todo es cazar… Tan importante como atrapar a la presa, es saber mantenerla viva el tiempo suficiente para sacarle todo el jugo o, quién sabe, convertirla en tu pareja.

Una vez echado el lazo, es el momento de empezar con el cortejo. El coqueteo, y en general el juego de la seducción, a veces muy poco valorado, es fundamental para disfrutar realmente de la caza, y una herramienta muy útil en todo ese juego son los mensajes de móvil. En mi época de cazadora utilizaba varios tipos de mensajes, dependiendo de la situación y de cuál fuera el objetivo.

ADVERTENCIA IMPORTANTE: los mensajes tienen mucho peligro, ya que crean adicción y suelen aumentar la tensión sexual sufrida por una o ambas partes. Dicho esto, que luego nadie se queje ;).


Mensaje sonda o de tanteo

Imaginemos que estás en casa aburrida y con ganas de "esto" o "aquello", y tienes algún comodín en activo. ¿Qué puedes hacer? Lo más sencillo es abrir la choto-agenda, elegir al comodín nº1, y mandarle un sms del estilo "Hola, guapetón! Como estás?". Es algo así como hacer señales de humo. El otro lo pilla seguro, pero dependiendo de su respuesta sabrás si está receptivo o no. Si te dice “Me voy a ver el fútbol con los amigos”, está claro que con ese no toca. Si te contesta “¿En tu casa o en la mía?”, ya se te ha arreglado la tarde :D.


Mensaje despiste

Supongamos que tienes muchas, muchas, muchísimas ganas de enviarle un sms a un maromo al que no debes (generalmente porque estás enganchada y sabes que sólo te quiere como comodina). ¿Qué se puede hacer en este caso tan dramático? Muy sencillo: le mandas un mensaje a otro amigo, no necesariamente amigo-follable, de manera que el "mono" se hace más soportable y ganas tiempo. Y oye, quién sabe, te puedes encontrar con una sorpresa...


Mensaje directo

El mensaje directo tiene dos variantes: inocente o provocador. Veamos dos ejemplos:
- Mensaje directo inocente: "Hola! Te apetece un café?" De lo más inocente. Que te hayas puesto tu mejor conjunto sexy, te hayas depilado, perfumado, y lleves preservativos, eso él no lo sabe, ni tiene por qué saberlo.
- Mensaje directo provocador: "¡Necesito echar un polvo! ¿Algún voluntario?". Más claro, agua. Eso sí, ¡no le mandes el mismo mensaje a todo tu parque móvil, porque se te puede acumular la faena!


Mensaje encadenado

Esta es la variante retorcida del mensaje provocador. Mandas varios mensajes incompletos, por supuesto de alto contenido sexual, de manera que le van llegando poco a poco y se va poniendo cardiaco. Si no sucumbe sin tener una excusa de peso (solo vale que esté lejos de la ciudad), mejor bórralo de la choto-agenda, porque realmente no le interesas o eres su premio de consolación. Es importantísimo el uso de los puntos suspensivos al empezar y terminar cada mensaje, y la mezcla de alusiones explícitas e implícitas al sexo. Una sugerencia: puedes ir contándole en varios mensajes tu última fantasía con él.


Mensaje ñoño o meloso

El mensaje ñoño solo vale cuando hay amor, está prohibido usarlo con  un comodín, a menos que quieras que salga corriendo como alma que lleva el diablo. Es el mensaje para esos días en los que te sientes especialmente romántico y quieres que tu mujercita (o tu maridito) lo sepa. Por ejemplo: “churri, no dejo de pensar en ti…”. Suele provocar una sonrisa y que tu chica/o se enternezca. Y si no lo hace, malo…


Mensaje “que-lo-sepas”

Este mensaje se manda simplemente para que el otro sonría o se sienta querido, sólo para “que lo sepa”. Por ejemplo: “GUAPA!”, “te he dicho que te quiero?”, “mi churri…”. Lo bueno de este mensaje es que vale para cualquier momento. Para un día de mucho amor sin problemas de pareja, para después de un mosqueo, simplemente para recordarle que estás ahí, …, las posibilidades son infinitas.


Mensaje cochino

No necesita muchas explicaciones. Puede ser subido de tono, metafórico, graciosillo, directo, pero siempre tiene el mismo objetivo: que el otro vaya anticipando “la que le va a caer” cuando le pilles. Importantísimo para mantener la tensión sexual.


Cómo despedirse en un mensaje o correo 

Es muy, pero que muy importante la forma de despedirse. Veamos:
- Saludos: Muy formal. Vale para el trabajo.
- Un saludo: Pues lo mismo.
- Saluditos: Para colegas, amiguetes. Sin connotaciones sexuales.
- Un abrazo: Parecido. Queda bien y no tiene apenas peligro.
- Besicos: Vale para la familia y algunos amigos.
- Besos: Mmmm... Más personal pero en el límite. Hay que sacar las antenas, posible peligro (o alegría, según se mire).
- Besitos: La cosa se empieza a poner mal.
- Un besito: Jodido y confuso a la vez.
- Un besote: También jodido y confuso.
- Un beso: Jodido, jodido...
- Un beso!: Con la exclamación le quitas peligro.
- Un beso...: Con puntos suspensivos, ya sabes, echa a correr. O quizá como diría Chiquito: "Al ataquerrrrl".
- Un mordisco: Jaaarrl!
Ante la duda, un consejo: no pongas nada, o pon tu nombre. 


Leyendo vuestros comentarios me he dado cuenta de que tengo que hacer una aclaración en este punto: cuando hablo de cómo despedirse en un mensaje, me refiero a mensajes que intercambias con alguien con quien todavía no tienes ninguna relación "en horizontal", y en función de como se despida, puedes intuir a qué atenerte, o darle a entender lo que quieres. 


Y también me acabo de acordar de algo que yo usaba mucho, y que tengo que retomar, porque me he despistado últimamente. Os cuento: cuando te mensajeas con  alguien que es oficialmente tu pareja de cama, ya sea comodín, novio, o marido, un recurso divertido es añadirle algo al beso que le mandas. Por ejemplo: un beso caliente, un beso casto, un beso en el sofá, un beso "ahí", un beso largo, un beso de tornillo, un beso "apretao"... Hay miles de posibilidades, solo hay que echarle un poco de imaginación.


Y hablando de nombres… ¿por qué no usar un nombre de guerra?

¿Por qué no elegir un seudónimo para firmar los mensajes? Puedes incluso tener varias firmas posibles, en función del tipo de mensaje y del momento. Por ejemplo:

- Para firmar un mensaje cochino: “La Maestra”, “La Loba”, “La Máquina”, “El Butanero”.

- Para uno cariñoso: “Tu chiquitina”, “Tu maridito”, “Tu mujercita”, “Tu churri”.

- Con un poco de choteo: “El Jefe”, en un mensaje para tu mujer, “La Jefa”, para tu marido.


Temas posibles

Rollito médico: es un clásico pero funciona.
EJEMPLOS: "¿Jugamos a médicos?", "He comprado aceite de coco para masajes... Lo probamos? Es que tengo la espalda fatal...", "¿Como tienes ese tobillo? ¿Necesitas tratamiento?".

Rollito gracioso: para este hay que tener gracia, si no, puede quedar penoso.
EJEMPLO (este para hombres): "Tengo la llamada de la selva. ¿Cuando puedo ir a follarte?".

Rollito profesional: así como de trabajo, pero que no lo es.
EJEMPLO: "Me han traído la mesa de juntas nueva. ¿Nos montamos una reunión?".


IMPORTANTÍSIMA APLICACIÓN PRÁCTICA DE LOS MENSAJES: ¿Por qué no mandárselos a tu marido/mujer, aunque lleves muchos años de relación? Mensajes del estilo “cuando llegues a casa te voy a hacer un hombre”, o “prepárate que esta noche te pongo mirando a Toledo” (para tu mujer, claro…). ¡Y no sigo porque habrá que currárselo un poquito! No hay que tener miedo de ser un poco bruta de vez en cuando, eso les gusta… ;). Y por supuesto, no hay que olvidar el mensaje meloso, tanto para hombres como para mujeres, que a nosotras nos gusta mucho eso de ver no sólo el lado salvaje de nuestros maridos, sino también su lado tierno.

28 de mayo de 2010

Premio y meme-libro



Iba a hacer le meme que circula estos días por los blogs, pero primero voy a colgar mi premio, que me ha dado Si es lo que parece (muchas gracias, Sieslo, me encantan los premios). Bueno, y también Lana, que en realidad se llama Su, es mi tocaya, pero como yo llegué primero le quité el nombre (lo siento, no fue adrede, si hubiera llegado yo más tarde, me podría haber llamado Susi, que también uso ese diminutivo). 

Como os quiero a todos igual, os doy el premio a todos, los que me seguís y los que me leéis sin seguirme, los que pasáis de vez en cuando, y los que leéis las entradas sin entrar al blog. A todos, porque todos sois mis "amigos blogueros", así que podéis cogerlo y colgarlo donde más os guste:


Es verdad que algunos sois "especiales", a la mayoría os conozco desde hace poco, a otros "de toda la vida", otros no sé cómo sois pero tengo la sensación de "conoceros" de verdad, con algunos chateo y tenemos una cañita pendiente, y a todos me encantaría conoceros. Pero lo más importante es que todos hacéis de este blog un sitio agradable en el que pasar un buen rato, y eso no tiene precio. Así que os mando un beso enorme desde aquí.

Y ahora el meme... Iba a hacer el que circula estos días, pero en internet he encontrado otro que me ha hecho gracia, así que ahí va:

1. Agarra el libro que tengas más cerca. (Tengo varios, y el de arriba de todos es el que cojo)
2. Anda hasta la página 125. (Era la 123, pero en esa pone sólo el título del capítulo, así que cojo la siguiente con texto)
3. Dirígete a la 5ª oración. 
4. Cópiala y publícala en tu blog o comentario.
5. Nombre de libro y autor?

Pues la frase es esta: "Por lo general, los tíos no buscarán asistencia médica para sí mismos ni para los demás salvo en ciertas situaciones bien definidas, como una decapitación".

Y ahora diréis... "¡Pero que libros lee la loca de Su!" :D. Pues este es lo que yo llamo un "libro de investigación", que debí comprar en un momento de enajenación mental en la Fnac. Es este:


Lo compré hace cinco o seis años, cuando trataba de comprender cómo funcionaba el cerebro masculino, y leía cosas que me pudieran iluminar. Lo cierto es que no leí casi nada, y lo encontré hace poco perdido en una estantería. Decidí darle una segunda oportunidad y lo tengo en el salón para ojearlo de vez en cuando. La verdad es que tiene cosas muy buenas, y más de una daría para un post.

Pero no penséis que solo leo este tipo de libros, no no no... Debajo de este estaba otro que me regaló un amigo seguidor del blog para que me inspirara. Se llama "El cerebro entre las piernas!" :D. Este todavía no lo he empezado.

Pero debajo de ese, están estos otros:

- Maitena: Superadas 1.
- Forges: Arte de amar (cualquier parecido con tu vida de pareja es pura coincidencia).
- ¿Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor?, que tampoco he leído todavía.

Estas son mis lecturas "de salón", como digo yo. Luego están las "de dormitorio" (no, el Kamasutra, no...). Ahora estoy entre empezar Scarpetta de Patricia Cornwell, Testigos del Silencio de Kathy Reichs (en al que se basa la serie Bones), o Tokio Blues de Haruki Murakami. Y no me decido... ¿Alguna sugerencia?

Y si a alguien le apetece hacer el meme-libro en los comentarios, pues nada, mi blog es vuestro ;).

22 de mayo de 2010

¿Cómo cazan las mujeres?


El post de los cazadores me hizo pensar en nosotras, las cazadoras, un tema que nunca me había planteado hasta ahora. Leyendo vuestros comentarios he empezado a recordar actitudes de caza entre las mujeres, y he llegado a varias conclusiones:


1. Casi todas las mujeres, de alguna manera, son cazadoras, cada una en su estilo. ¿Por qué? Pues no lo sé muy bien, quizá porque tenemos un instinto primario que nos incita a reproducirnos, y, por lo tanto, a buscar un macho para perpetuar la especie. La consecuencia de ese instinto es que, aunque no entendemos a los hombres, no podemos vivir sin ellos.

2. Las mujeres se dedican a cazar las 24 horas del día, aunque no siempre con la misma técnica. Hay técnicas nocturnas y técnicas diurnas; el arte de la caza está en saber cual debes emplear en cada momento. La mujer (cazadora) siempre está preparada, ya que nunca se sabe cuando puede aparecer una posible presa. Los hombres, salvo excepciones más o menos obsesivas, son más bien cazadores nocturnos, y actúan más a menudo en lugares propicios para la caza (véase, con poca luz y algo de alcohol de por medio).

3. Hay algunas mujeres que no cazan nunca, porque sencillamente están tan desengañadas de los hombres, que pasan de ellos. Este tipo de mujer es el que suele decir que “todos los tíos son unos cabrones”. Es cierto que a algunas no les faltan motivos, pero esa apatía cazadora se puede superar con tiempo y ayuda de las amigas cazadoras activas. Y merece la pena intentarlo, porque desde luego, no todos los hombres son unos cabrones. De hecho, la mayoría no lo son.

4. Así como a los hombres los clasifiqué en tres grupos básicos (aficionados, profesionales, e hijos de puta), a las mujeres no he conseguido agruparlas, así que os voy a ir haciendo una lista con los principales tipos de cazadoras que os podéis encontrar, con una puntuación para cada una: el 0 indicará “cazadora inofensiva”, y el 10 “cazadora letal”.

LA HEMBRA ALFA – 7 puntos

La hembra alfa es esa mujer que está super-buena-de-la-muerte, y actúa en consecuencia: enseña mucho y no se corta, va por el mundo pidiendo guerra. Es la típica que cuando entra en un pub se queda un momento al lado de la puerta, seguida por sus tres o cuatro amigas que le sirven de damas de compañía (y que están buenas, pero no tanto, no sea que le vayan a hacer sombra), con actitud de “aquí estoy yo”, oteando el horizonte como si buscara a alguien. Todo mentira, ya que lo que realmente busca es exhibirse para captar la atención de los machos en celo, especialmente de aquellos que piensan más con el cerebro de la entrepierna que con el de la cabeza (algunas diréis “o sea, ¡todos!, y bueno, sí pero no…). Por supuesto, a la hembra alfa solo la verás al lado de un tío bueno estándar, no se va a liar con uno normalito, ¡vamos por dios!

La hembra alfa basa su atractivo en su físico, y lo normal es que los hombres babeen ante ellas, por lo que no necesita utilizar ninguna técnica especial de caza. Si alguna mujer se atreve a criticar a una hembra alfa entre un grupo de hombres, se expone a oír un comentario masculino del estilo “¡lo que tienes es envidia!”, comentario que nos jode mucho, sobre todo porque no es cierto (al menos, no del todo).

LA MODOSITA – 9 puntos

La modosita es una loba con piel de cordero. Va vestida discreta, pero “apretá”. Suele utilizar la técnica que describí en “cómo entrarle a un desconocido sin parecer una guarra” (técnica imprescindible de caza, que describo aquí), con lo que consigue que los machos se le acerquen sin apenas darse cuenta de que les han tendido una trampa. Lo normal es que los hombres bajen la guardia a su lado, y cuando se descuidan… ¡zaca!, ¡bocao! Reparte su atractivo entre su físico y su cerebro a partes iguales.

¿Y por qué le pongo 9 puntos? Porque en general su capacidad de éxito es bastante alta, ya que es un tipo de mujer que sabe lo que quiere y conoce sus limitaciones, y con un poco de suerte “donde pone el ojo, pone la bala”. Tiene claro lo que busca, que se reduce básicamente a una pareja con la que ser feliz, y suele tener “ese puntito” que a los tíos les atrae pero que jamás he sabido definir.

LA ABEJA REINA -  8 puntos

A la abeja reina le gusta estar rodeada de zánganos. Tiene siempre a varios tíos a su alrededor y los maneja como quiere. Es una variante de la hembra alfa, ya que aquella se comerá a los hombres de uno en uno, nunca a varios a la vez. Lo peor de la abeja reina es que no sabe ni lo que quiere, y ninguno le satisface, de ahí que sea más peligrosa que la hembra alfa y tienda a “marear” a los hombres, nunca se define.

LA MOSCA COJONERA – 1 punto

Esta es una cazadora a la que nunca he entendido. La cazadora-mosca-cojonera es la clásica tía pesada que se creyó de joven eso de que los hombres solo piensan en sexo (otro mito…), y tratan de cazar a un tío a base de maniobras de acoso y derribo, pensando que si se muestran más que receptivas, conseguirán que el macho les pegue un bocao. Lo normal es que elijan a la presa y la sometan a un pressing insistente a base de cuelgues de brazo, cogidas de cintura, miradas melosas, risa tonta, etc. Lamentable…, sobre todo cuando ves la cara del tío y te das cuenta de que ni muerto le va a echar un polvo. El punto se lo doy porque a veces, sólo a veces, “el que la sigue, la mata”.

LA MANTIS (el "pata negra" de las cazadoras) – 10 puntos

La cazadora-mantis solo busca sexo, nada más, y para conseguirlo, utiliza a los hombres y se los come, así que cuidadín… Es lo más parecido al cazador-pedazo-de-cabrón que existe en versión femenina. Como solo busca sexo, será una experta en el manejo de los comodines (todo sobre los comodines, aquí), y en su choto-agenda, permanentemente actualizada, tendrá siempre cuatro o cinco ejemplares en activo. El peligro de la Mantis consiste en que a su atractivo físico se une el intelectual, por lo que más de uno querrá “algo más” con ella. Si ese aspirante a novio es un buen proveedor de sexo, en lugar de ser eliminado de la choto-agenda, será hábilmente toreado por la cazadora, que le mantendrá en espera aunque sea a base de mentiras.

Las excusas utilizadas para ganar tiempo suelen ser del estilo “acabo de salir de una relación complicada y no quiero compromisos”, “me gustas mucho, pero no estoy preparada, necesito tiempo”, “necesito mi espacio”, “me gusta vivir sola”, “así estamos bien”, … ¿A qué os suenan estas frases? ¡A excusas de tío! :D. Ahí radica la habilidad de la Mantis: se comporta como un hombre cazador, lo cual despista a sus presas y las mantiene vivas mientras ella las devora…

Al igual que con los cazadores pata negra, la cazadora-mantis puede que esté casada y no necesariamente lo confiese, así que lo mejor es no descartar ninguna posibilidad.

¿Y de qué manera se puede reconocer a una Mantis? Ufff… Es difícil porque muy pocas cosas las distinguen del resto de cazadoras. Lo más llamativo, y que siempre te debe hacer dudar, es que utilice las típicas excusas masculinas. Eso no es normal en una mujer, así que si es el caso, desconfía.

Si se ve muy presionada por tu insistencia cuando quieras “algo más” (sí, mujeres del mundo, a veces los hombres quieren algo más y nosotras no, es raro, ¡pero ocurre! :D), seguramente confesará que eres solo un comodín. En ese caso, tú decides: seguir en su choto-agenda o darte de baja. Ten en cuenta que difícilmente se enamorará de ti si no lo ha hecho ya, porque su cerebro es muy parecido al de un hombre, así que si continúas, puedes salir muy mal parado.

LA TREPA – puntuación variable

La trepa es una cazadora básicamente diurna, que caza en horario laboral. Lo que busca es ascender, y no habrá obstáculo que se le resista, ni mujer, ni hijos, ni compañeros de trabajo.

Su grado de peligrosidad dependerá de su físico, de su objetivo real (solo ascenso o ascenso y boda), y del nivel de inteligencia de su jefe. No olvidemos que hay algunos jefes muy tontos que se dejarán impresionar por el hecho de que una mujer les adule, especialmente si rondan la cuarentena o la superan. Si es del tipo “modosita” y encima quiere casarse con el jefe, le daremos 9 puntos. Si solo busca ascender, lo dejaremos en 6.

LA SIMPÁTICA – 5 puntos

La cazadora simpática es una chica normal, consciente de que no llamará la atención por guapa, pero que no se deja intimidar por ello. Normalmente está rodeada de otras mujeres más agraciadas que atraerán a los machos en celo, siendo ella normalmente el plan B, o incluso el C, de algunos cazadores. Como su atractivo reside en su cerebro y su gracia, enganchará al que de forma no planificada le dé conversación, y le permita así desplegar sus encantos. Como los hombres no son tontos, aunque a veces se lo hagan, muchos caerán en sus redes.

LA CONEJA – 7 puntos

La cazadora-coneja desprecia la noche y lo único que busca es un marido que la mantenga y le haga varios hijos. Va de modosita y tontita por la vida, pero es más lista que el hambre. Como hombre, si lo que buscas es una mujer más “moderna”, desconfía de las que sistemáticamente critican al resto de mujeres que llevan una vida más liberal. Frases como “jamás entenderé a esas que practican el sexo sin amor” (dicho con cara de asco), o “no se puede cuidar bien de los hijos y trabajar a la vez”, deberían ponerte en guardia. Sin embargo, si quieres una mujer tradicional y ama de su casa, ésta es la tuya. Le daremos un 7 porque suelen tener bastante facilidad para enganchar a un hombre.

LA VAMPIRA – 4 puntos

La cazadora-vampira es la que va por la pasta, nada más. Lo que busca es una posición y alguien que la mantenga, y por supuesto, no dará nada a cambio: no trabajará, querrá una mujer que limpie y otra que cuide de los niños, y no cocinará porque se le estropean las uñas. Sorprendentemente, hay hombres que aceptan a este tipo de mujeres, es algo que jamás entenderé (ni a ellos, ni a ellas), pero bueno, hay gente para todo… Le pondremos 4 puntos porque cada vez hay menos hombres pardillos a los que clavarles los colmillos.

LA DEL EFECTO SORPRESA – 5 puntos

La cazadora-del-efecto-sorpresa es aquella que, como su nombre indica, te ataca por sorpresa. Por ejemplo: dándote una palmada en el culo, y sonriendo inocentemente cuando te giras, o diciéndote cuando te acercas a la barra a pedir una copa, “si me invitas a una copa te doy un beso”. La técnica consiste en sorprender a la posible presa, que, como es hombre, no se enfadará, en el peor de los casos, no se mostrará receptivo. Esta es más una técnica, que un tipo de cazadora, y la pueden utilizar casi todas en una cacería nocturna.


En definitiva, pienso que las mujeres somos, en general, más sutiles que los hombres a la hora de cazar, lo que no nos resta peligro, más bien al contrario. Las posibilidades son infinitas, y las mezclas cazador-cazadora también, lo que convierte a La Noche en un lugar peligrosísimo… :D

Pero al final, creo sinceramente que casi todos buscamos esto:



15 de mayo de 2010

Los pedos en la cama


AVISO IMPORTANTE: Sé que no todos los hombres se tiran pedos (en público), pero lo que distingue a las mujeres es que muy pocas lo hacen (en público). Dicho esto, ¡que nadie piense que estoy acusando a todo el género masculino de pedorro! Dios me libre… :D. Aunque parece ser que entre las nuevas generaciones, esta tendencia está cambiando: según me cuentan amigos que tienen hijas, la costumbre de tirarse pedos en pandilla se está extendiendo entre las preadolescentes. Madre mía, donde vamos a ir a parar… :S

En fin, a lo que iba…

Hace poco leí un post de Alma Máter en el que hablaba de las “mantas absorbe-pedos”… (aquí, el vídeo). Sí, habéis leído bien, absorbe-pedos… Como soy muy curiosa, me he puesto a mirar por Internet, y he descubierto un blog donde los comentarios de la gente no tienen desperdicio, jeje (http://www.meneame.net/story/la-manta-absorbe-pedos). Lo mejor del caso es que la anuncian como “la mejor manta de matrimonio”, que con su forro a base de un compuesto de carbono, se supone que absorbe los olores “nocivos” del cuerpo. “Nocivos” no creo que sean, al menos no para la salud del cónyuge, aunque para la del matrimonio, seguro que sí, porque desde luego, entre las cosas que son “para matarlos”, éste, lamentablemente, es un clásico.

¡Cuántas mujeres han vivido los pedos en la cama en su primer matrimonio! (porque en el segundo, antes muertas que con un marido “pedorro”).  Y yo me pregunto… ¿Esos hombres que se tiran pedos en la cama, no se han planteado que es una guarrada, que molesta, que es una falta de respeto, y sobre todo… ¡que es el “antimorbo”!?

Porque vamos a ver… con qué cara miras a tu marido después de un “pedo premeditado”, por ejemplo, que con mirarle a la cara un segundo antes de que lo haga, ¡ya sabes que lo tiene en la recámara y va a disparar! ¡Vamos, que no te da ni tiempo de ponerte a cubierto! ¿Con cara de lujuria? ¿Con cara de “ven aquí que te voy a hacer un hombre”? NOOOO…

Y no digamos si es un “pedo traidor”, la clásica “bufa” que decíamos de pequeños (“mamá, se ha bufao…”). Que estás en la cama, en pleno invierno, con el edredón, él mirando a la mesita de noche, tú mirando su cogote, y se te ocurre taparte hasta las orejas para estar más calentita, ¡y te encuentras con una bolsa de gas letal debajo de la manta! que tienes que empezar a agitar el edredón para disipar el gas, gritándole que es un guarro, y encima él te dice, todo ofendido, “¡pero si es algo natural!”. No sé, a lo mejor esa manta absorbe el pedo y puedes dormir tranquila, aunque no sé qué pasará como la agites, con todo el gas letal esparciéndose por la habitación, ¡una mascarilla es lo que ibas a necesitar para hacer la cama!

Y ya que hablamos de pedos, ¿qué me decís del “pedo pintor”, ese que se queda en los calzoncillos, que cuando los metes en la lavadora no sabes si son los de tu marido o los de tu hijo de cinco años? Recuerdo que conocí a un tío que me decía, con toda naturalidad, que los calzoncillos había que lavarlos a mano, que su madre lo hacía siempre así, ¡porque era la única manera de quitar el palomino! Que yo le dije, muy finamente, “pues como tú y yo lleguemos a algo, los calzoncillos se lavarán en la lavadora!” (y yo en realidad pensaba: “¡Los va a lavar tu madre!”). Lo que tiene que oír una a veces… :D

Mención aparte merecen las otras formas de “pederse” que tienen algunos. ¿Qué me decís del que va andando por el pasillo, y de repente oyes “¡Prrrrrrrr!”, que te crees que va a salir a reacción? ¿O los que estando en el sofá mirando la tele tan ricamente, levantan el culo para hacer hueco, y la patica también, y ¡toma! “¡PRRR!”. Si es que…

Pero eso sí, luego llegas tú, y como un día se te escape uno, aunque sea chiquitito, el clásico “pun”, no solo te mueres de vergüenza, sino que encima te sueltan “Hala! Te has tirado un pedo!¡ Y luego dices que soy yo!”. Hay que joderse… :D

Os dejo con un vídeo espectacular y con un final muy español.