28 de julio de 2010

Curso para hombres


Si mis trucos para conseguir que los hombres hagan lo que vosotras queráis (lo conté aquí), y los trucos para que os ayuden (esto estaba aquí) no funcionan, os queda un último recurso: apuntarles a este curso para hombres que he recibido por mail. Lo copio literalmente porque me ha hecho gracia y viene a cuento de los últimos debates en el blog (Insisto, no es mío... Bueno, y tampoco sé de quién es, por eso no puedo hacer ninguna referencia). Ahí va:

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CLASES DE VERANO PARA HOMBRES EN EL CENTRO DE APRENDIZAJE PARA ADULTOS


MATRICULA ABIERTA HASTA EL 30 de JULIO de 2010

NOTA: DEBIDO AL ALTO NIVEL DE COMPLEJIDAD EN SU CONTENIDO, LOS CURSOS SERAN LIMITADOS A UN MAXIMO DE SOLO 8 PARTICIPANTES

T E M A R I O
Clase 1 


Cómo Llenar Los Cubitos De Hielo Del Congelador Paso por Paso, con presentación de diapositivas. 


Se reúne 4 semanas, Lunes y Miércoles durante 2 horas comenzando a las 7 de la tarde.   



Clase 2 


El Rollo De Papel Higiénico ¿Se Cambia Solo? 


Discusión de Mesa Redonda. 
Se reune 2 semanas, Sábado a las 12:00 durante 2 horas. 



Clase 3 


Es Posible Orinar Usando La Técnica de Levantamiento de la Tapa y Esquivando el Suelo, Paredes y Bañeras Cercanas? Práctica en Grupo. 


Se reune 4 semanas, Sábado a las 10:00 durante 2 horas.   



Clase 4 


Los Platos Después De la Comida ¿Pueden Levitar y Volar Hasta El Fregadero sólos? 


Ejemplos en Video. 
Se reune 4 semanas, Martes y Jueves durante 2 horas comenzando a las 7:00 de la tarde. 



Clase 5 


Pérdida De Identidad. Entregar el Mando de la Tele  a Tu Pareja. 


Línea de Ayuda y Grupos de Apoyo. 
Se reune 4 Semanas, Viernes y Domingos a las 7:00 de la tarde 



Clase 6 


Aprender A Encontrar Cosas. Empezando con: Buscar En Los Lugares Correctos Y No Poner La Casa Patas Arriba Mientras Se Grita. 


Foro Abierto. 
Lunes a las 8:00 de la tarde, 2 horas. 



Clase 7 


Cuidado De Salud. Llevarle Flores A Tu Pareja No Daña Tu Salud. 


Gráficas y Cintas de Audio. 
Tres Noches; Lunes, Miércoles, Viernes a las 7:00 durante 2 horas. 



Clase 8 


Los Verdaderos Hombres Preguntan las Direcciones Cuando Se Pierden. 


Testimonios De La Vida Real. 
Martes a las 6:00 de la tarde. Se Informará el Lugar. 



Clase 9 


¿Es Genéticamente Posible No Decir Nada Mientras Ella Aparca el Coche? 


Simulaciones de Práctica. 
4 semanas, sábados por la tarde, 2 horas. 



Clase 10 


Aprendiendo A Vivir. Las Diferencias Básicas Entre Una Madre Y Una Esposa. 


Clases online y de role-playing . 
Martes a las 7:00 de la tarde. Se Informará el Lugar. 



Clase 11 


Cómo Ser El Compañero Ideal De Compras 
Ejercicios de relajación, Meditación y Técnicas de Respiración. 


Se reúne 4 semanas, Martes y Jueves durante 2 horas comenzando a las 7:00 de la tarde.   



Clase 12 


Cómo Combatir La Atrofia Cerebral, Acordándose de Cumpleaños, Aniversarios y Otras Fechas Importantes y Avisando Cuando Se Va a Llegar Tarde.


Tres Noches; Lunes, Miércoles, Viernes a las 7:00, durante 2 horas. 



Clase 13 


El Horno ¿Qué Es y Cómo Se Usa? 


Demostración en Vivo. 
Martes a las 6:00. Se Informará el Lugar.




Los Diplomas serán únicamente otorgados a los supervivientes. 
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Hay que reconocer que cada capítulo daría para un post, de hecho alguno ya tiene el suyo. 

Bueno, pues si después de todo esto no consigues nada y estás desesperada (o desesperado), en la próxima entrada os contaré... 

¡COMO SOBREVIVIR A UNA TERAPIA DE PAREJA!


17 de julio de 2010

Cómo conseguir que tu marido "te ayude"

Por los comentarios de la entrada anterior, “Vamos a ayudar a la mamá a recoger la mesa”, deduzco que el sector femenino está muy quemado con el tema de “AYUDAR”. Y lo pongo entre comillas porque, por unanimidad, las mujeres consideramos que nadie nos tiene que ayudar, que las tareas del hogar se deben “COMPARTIR”.

Yo siempre he sido muy guerrillera en ese aspecto, pero confieso que pasados los cuarenta, he tirado la toalla. Soy una rajada, sí, pero es que se trata de una cuestión de supervivencia pura y dura. Si me pongo a pensar en toda la energía que he consumido en la lucha por la igualdad doméstica, y que podría haber dedicado a otra cosa, me deprimo mortalmente.

Pero claro, tampoco me voy a quedar con los brazos cruzados, eso nunca, así que he desarrollado un método para que mi marido “me ayude”.

INCISO: Para quién no me conozca, o me conozca poco, me gusta de vez en cuando hacer este inciso, no vayan los lectores a pensar que soy de la Liga Anti-Hombres o algo por el estilo, Dios me libre… Todo lo que cuento aquí es con cariño y para compartir mis teorías y experiencias acerca de hombres y mujeres, y para eso tengo que generalizar, no conozco otra forma. Hay hombres que se salen de los tópicos, al menos en algunos aspectos, y conozco a más de uno, pero no son la mayoría. Dicho esto, que nadie me tome muy en serio ;).

Vamos allá. En primer lugar, hay que tener claro que, salvo contadas excepciones, hay determinadas cosas que nunca hará un hombre voluntariamente:

- Cambiar las toallas o las sábanas. Y no es que no se den cuenta de que necesitan un cambio, porque si tú te rebelas y decides esperar a que lo haga él, algún día te dirá: “Esta toalla ya huele”. Sin comentarios.

- Limpiar la casa. Por supuesto, nunca esperes que tu marido te diga un sábado por la mañana (o cualquier otro día, puedes elegir el que quieras), “Nena, vamos a limpiar la casa”. Esto es ciencia ficción, sencillamente. Lo normal será esto: tú, “Cariño, tenemos que limpiar la casa”, él: “¿Tiene que ser ahora?”

- Comprarse calzoncillos. Lo hará su madre, o en su defecto, tú (hasta su abuela en algunos casos documentados). Este punto lo analizamos este día, y dio como resultado un interesante debate sobre las bragas.

- Organizar los armarios. Ellos nunca tiran nada, ni siquiera si es tres tallas más pequeño, está roto o pasado de moda. Tendrás tú que rebuscar en su armario y actuar en consecuencia. Cuando le digo a mi marido “Esta semana voy a ordenar los armarios”, su reacción es siempre la misma: “¡No me tires nada!”.

- Colocar los cojines del sofá y arreglar la funda/sábana que lo tapa. Vamos a ver… ¿dónde se ha visto a un hombre que, estando su mujer en casa para hacerlo, se ponga a arreglar el sofá? Seguro que hay alguno, pero yo no lo conozco. Sí que conozco casos de hombres solteros que lo hacen, pero porque no tienen a nadie que lo haga por ellos. En cuanto se emparejan, pierden las buenas costumbres. Y mejor no nombrar los casos de hombres solteros a los que su madre va a limpiarles la casa, plancharles la ropa y llenarles la nevera. Si es que con esos antecedentes, ¿qué queremos?

Un ejemplo sangrante de “mala educación” doméstica es el de recoger la mesa, del que hablé en el post anterior. Yo, que he vivido con dos hermanos varones, a la hora de recoger la mesa os puedo asegurar que la conversación familiar suele ser más o menos esta:

      - El padre: Nena, ayuda a tu madre a recoger la mesa.
      - La nena: ¿Y qué pasa con ellos? ¿Son mancos?
      - Los nenes: ¡Joder, cómo eres! ¿A ti qué más te da?
      - La madre: Dejadlo, que ya lo hago yo…

Claro, con este ejemplo, ¡ya me contaréis!

Una vez asumido esto, que no van a “compartir” las tareas domésticas, nos pongamos como nos pongamos, podemos hacer dos cosas:

- La primera consiste en contratar a una señora que haga las tareas más duras, la limpieza “gorda”, y si puede ser, que también planche. Y pagarle a medias, por supuesto. Claro, esta opción no siempre se puede hacer, y menos con los tiempos que corren, pero si se puede, aunque sea a costa de algún sacrificio, es altamente recomendable, porque te ahorrará muchas peleas.

- La segunda es asignarle otras tareas “menos femeninas”, e insistir para que las haga, aquí no hay negociación posible. Porque una cosa que nos pierde a las mujeres es que tendemos a negociarlo casi todo, a buscar puntos de encuentro, a convencerles, y lamentablemente, a veces hay que decir eso de “porque sí, porque te toca hacerlo”, o “eso no lo puedes hacer porque yo no quiero”. Suena muy duro, pero creo que es cierto: hay momentos en los que es necesario plantarse, porque las consecuencias de ceder pueden ser mucho peores.

SEGUNDO INCISO: Para que el método funcione sin que pases por una bruja mandona, el marido tiene que estar “bien follado”. Por ti, preferentemente, claro…

Sigo. Lo que yo he descubierto con los años es que los hombres hacen ciertas tareas domésticas más a gusto que otras, seguramente porque son más masculinas (o no tan femeninas) y les molesta menos hacerlas.

Y no solo eso, (y aquí es donde me arriesgo mucho, los hombres me pueden matar… :P) : ¡A los hombres les gusta que les digamos lo que tienen que hacer! Sí, mujeres del mundo, si todavía no os habíais dado cuenta, pensadlo bien: ¿Desde cuándo a tu marido le gusta hacer la lista de la compra? ¿Qué haría un hombre sin su secretaria? ¿Qué harían de pequeños sin que sus madres les organizaran la vida?¿Cuántas cosas se dejan fuera de la maleta si tú o su madre no les ayuda? ¿Cómo organizarían su propia boda si su futura mujer decidiera dejarse llevar? ¿Cómo sabrían qué corbata elegir? ¿O qué cortinas poner? Los ejemplos son infinitos.

Veamos ejemplos a la inversa: ¿Qué cosas es capaz de organizar un hombre él solito? Mmm… A ver…:

- Ver el fútbol con los amigos. Si es en el bar no tiene que hacer nada, si es en casa, solo tiene que comprar cervezas y pedir pizzas.

- Elegir el traje que se va a poner para ir a trabajar. Lo de elegir también la corbata, no siempre.

- Hacerse la maleta (Eso los jóvenes, los de más de sesenta no lo tengo claro y no me atrevo a generalizar, aunque con la famosa frase de nuestras madres, “lo hago yo, que tú no sabes”, me temo que han hecho pocas maletas. Cuánto daño ha hecho esa frase...).

- Organizar un viaje.

- Ordenar sus descargas de películas y música.

- Organizarse en el trabajo. Bueno, eso los que no son dependientes de la secretaria, que son muchos, sobre todo si tienen más de cincuenta.

A mí no se me ocurren más, aunque me han salido bastantes, y tengo claro que los de menos de cincuenta han mejorado muchísimo la especie ;). Si al final va a ser verdad eso de que “detrás de un gran hombre siempre hay una mujer sorprendida”. ¡Ay, no! Era “… siempre hay una gran mujer” :D.

Una vez asumido que a los hombres les gusta que les organicemos la vida, porque son cómodos por naturaleza, lo que tenemos que hacer es escribir listas de tareas. Una lista típica de las mías podría contener cosas de este estilo:

- Llevar mi coche al taller y a lavar. Y este mes a pasar la ITV, ya puestos… ;).

- Cambiar el interruptor del baño.

- Cuando yo trabajo y él no, comprar la comida (ya preparada) para el medio día.

- Conectar el equipo de música o cualquier aparato electrónico de la casa.

- Instalar o arreglar cualquier cosa relacionada con la informática.

- Ir a la farmacia o al supermercado (con otra lista).

- Pelearse con el del seguro, el del banco, el administrador de la comunidad, el perito (aunque normalmente yo me he peleado previamente, a él lo mando “a rematar”).

- Acompañar a mi hijo a comprarse “cosas de chicos”: gafas de sol, camisetas, juegos de Nintendo, etc.

No es igual que compartir las tareas, pero al fin y al cabo son cosas que dejas de hacer tú y tiempo que ganas. A mi marido lo tengo ya tan acostumbrado, que cuando llega a casa después de pasar dos meses fuera, me dice: “Churri, dime qué tengo que hacer”, y yo le saco la lista para que vaya haciendo. Y por supuesto, la voy actualizando, que continuamente salen cosas nuevas. Por cierto, no hay que olvidarse de marcar las prioridades, que si pones muchas cosas se lían y no saben por cuál empezar! :P

Nota importante: Si te dice “Tú dime, que ya lo apunto yo en la PDA”, con la mejor de sus intenciones, ¡No le dejes! Eso es como llegar a algún sitio raro con el GPS, es la mejor forma de perderse, a menos que le preguntes a alguien por el camino. Lo tradicional nunca falla, así que hazle la lista en un papel y que vaya tachando, no te dejes convencer.


Total, que en definitiva, se trata de que la relación esté equilibrada. Uno de los problemas típicos de muchas mujeres es que dan tanto y reciben tan poco a cambio, que la relación se va enturbiando cada vez más. Algo de esto nos cuenta el increíble Mark Gungor en este vídeo, vale la pena verlo, como todos los suyos: