28 de abril de 2010

¿Qué nos pasa a las mujeres a los 40? (Parte 2)

Hasta ahora hemos sacado en claro una cosa: a los 40 se te cae la cara, aunque no de vergüenza, precisamente, esa la perdiste hace años. Así que nos la sujetamos como podemos, pero no nos tenemos que olvidar de la parte más visible: los ojos. Porque si lo de la cara es chungo, lo de los ojos es para echarse a llorar.

Lo normal es que el párpado superior se descuelgue, y el de abajo se hinche, y además todo se arrugue. Vamos, que como te descuides acabas pareciendo una tortuga! Y qué te pones? Una crema normal no, porque tiene que ser antialergénica o no se qué, y si no lo es te picarán los ojos. Además, tampoco te la puedes poner frotando, tiene que ser con golpecitos o círculos suaves no recuerdo en qué sentido, si el horario o el antihorario, que ya ves tú qué más dará… Si tu problema son las bolsas, tiene que ser en gel, pero si son las arrugas tiene que ser “de textura cremosa”. ¿Y si son las dos? Ni idea, ¡te cortas las venas!

Pero que no cunda el pánico, hay una solución para todo: la crema siamesa, como la de los labios. Tienes un tubito para la parte de arriba, y otro para la de abajo. Fíjate, ese lo tengo que probar. Y si no te aclaras con el masaje, tienes una que es roll-on, como el desodorante, y además es efecto hielo. Esa es la caña, me la regaló mi madre el año pasado: te la pones y se te congela el párpado, ¡a saber lo que lleva!

Porque hay que aclarar que el gel contorno de ojos, para que sea efectivo, tiene que estar en la nevera, o al menos eso te dice mi “estetisien”, entonces te lo pones cuando te preparas el desayuno: la leche, la mermelada, y el contorno de ojos. Lo normal, ¿no?

¿Y por la noche? Por la noche te pones una de doble lift, a ver si así los ojos se te caen menos, porque si la otra te quita las bolsas, qué vas a hacer con la piel que te sobre? Vamos, digo yo…

La cara ya la tenemos medio sujeta, así que habrá que ocuparse del resto. El pecho mejor míralo solo de pasada, y por supuesto nunca de perfil. A los 40 es cuando te empiezas a alegrar de tener pocas tetas, seamos sinceras. Porque si todo se cae, incluidas las tetas pequeñas, no quiero ni pensar las grandes. Así que por ahí pasamos una cremita reafirmante, de esas para todo el cuerpo, y arreglao. Luego te compras un par de sujetadores de los de doble relleno y acolchados, y aunque parezca que llevas una armadura, vestida quedas apañadita. Si la cosa se pone muy mal, mejor vas buscando un cirujano, porque aquí no hay milagros.

Si seguimos bajando, nos podemos encontrar de todo: barrigas, barriguitas, michelines, culo ancho, culo caído, culo prieto, culo blandito, piel de sobra, piel rota, algún abdominal perdido, celulitis,… la lista sería interminable y tampoco es plan de hacer aquí un catálogo de desgracias. Consuélate pensando que seguro que tienes algo en bastante buen estado, o en su defecto, fácil de recuperar. Lo mejor es que te centres en eso, y con un poco de maña y un vestuario inteligente, disimules los defectos y potencies tu atractivo ;).

Un caso aparte son las piernas, el eterno tormento de las mujeres. Si eres de las que tiene más moral que el alcoyano, puedes probar con la maraña de cremas anticelulíticas que hay en el mercado. Esto es algo así como cremas-para-la-cara-versión2. Ahora resulta que hay de día, de noche, en gel-fundente-que-remodela-y-esculpe, una que llaman “láser” para las cartucheras, otra con rodillos pequeños lipomodeladora-para-la-celulitis-incrustada (esta es la “pro”), una con rodillos grandes para cuando la celulitis se instala (esta es la “lifting pro”, para la celulitis que vive contigo hace años), en roll-on para las zonas rebeldes (que son todas…), un gel exfoliante para preparar la piel (que no olvidemos que está llena de células muertas, ojito), y ya me he perdido porque antes de entrar en Internet para documentarme, yo creía que solo había un tipo de crema anticelulítica, ¡y resulta que hay cientos!

Pero sin duda alguna, lo que más me ha impresionado es el Roll-On Vientre Plano, la primera aplanadora para tu piel que gracias a su rodillo masajeador … bla bla bla… alisa y reafirma tu abdomen en un solo paso”. ¡Joder! ¡Pero cómo no lo va a alisar, si es una apisonadora! De verdad, juro que mañana vuelvo al gimnasio y me apunto a step, a spinning, o a body pump, que todavía no sé lo que es, pero suena bien, ¡lo que sea con tal de no usar más cremas!

Total, vamos a ver si nos aclaramos. Como el día tiene 24 horas, y diez las pasas trabajando (incluidos desplazamientos), siete durmiendo (en el mejor de los casos), dos entre comiendo y tirada en el sofá, una con tu hijo (sé que es poco, pero no doy para más…), dos con tu marido para que no se apague la llama (sexo incluido; pero no “dos horas de sexo”, no, que os veo venir…), una ocupándote de las labores de intendencia de tu casa (llamar al fontanero, vigilar a la chica, firmar las notas del colegio, etc etc etc), te queda una hora al día para:

Por la mañana:
- Ducharte.
- Ponerte la crema para el cuerpo (por supuesto reafirmante), o en su defecto el aceite Johnsons en la ducha, que es muy socorrido como solución exprés.
- Ponerte la crema de día, y si no tiene protección, la protectora encima.
- Ponerte el contorno de ojos.
- No te olvides del contorno de labios, el siamés.
- Ponerte crema en las manos (¿no había hablado de eso? Pues es super-importante, ¿qué te creías?…). Pero que no sea pringosa.
- Vestirte (parece una tontería, pero son 10 minutos más).

Por la noche:
- Limpiarte la cara con el jabón de rosa mosqueta o similar.
- Ponerte la crema antimanchas, y encima la de noche, o la lifting, o la doble lifting, o la que quieras, pero que te sujete la cara. ¡¡¡Y no te olvides del escote!!! Y si puedes te das una pasadita en las orejas, ya que estás…
- Ponerte el contorno de ojos (uno arriba y otro abajo, ya sabes…).
- Y el de labios, claro.
- Ponerte la crema de manos, pero la nutritiva para la noche, no una cualquiera. Y también la de los pies, que esa es diferente de la de manos, ¡eh! No hagas trampa ;)
- Repasar la lista de cremas por si se te ha olvidado alguna.

Eso sin contar con que tienes que hacer horas extra para:
- Ir a la peluquería.
- Ir al gimnasio.
- Leer.
- Escribir tus aventuras en el blog.
- Depilarte (mejor hazte la láser y te saltas este paso).
- Depilarte las cejas (suponiendo que te veas los pelitos rebeldes, porque con al vista cansada seguramente creerás que ya no te salen. Pero no, están ahí…).
- Exfoliarte (una vez por semana, por lo menos. La cara, el cuerpo y las manos).
- Hacerte la manicura (me muero de risa…).

Sí, sí, me estoy muriendo de risa literalmente. O eso, o me echo a llorar. Porque ya son más de las doce, no voy a dormir las siete horas de rigor para estar super-estupenda por la mañana, no me he puesto la doble-lift, hace siglos que no me exfolio, y la mitad de las noches hago novillos de cremas porque cuando me arrastro hasta la cama no me quedan fuerzas ni para una agüita rápida. ¿Pero digo yo que nuestros maridos/novios/hombres-en-general nos van a querer igual, verdad?

Decidme que sí… ;)

23 de abril de 2010

Vídeo Mujer Sola/Hombre Solo. Real como la vida misma (¿o quizá no...?)


Hoy estoy en plan vaguete. Bueno, más bien "de viernes", lo que en mí significa que mis neuronas no dan para mucho, por eso si me voy de timba acabo dormida en el sofá (lamentable, lo sé...).

Así que esta vez voy a trabajar poco, y en lugar de dejaros un tocho de esos que os suelto de vez en cuando, os  voy a poner un vídeo buenísimo que me ha mandado mi amigo Ratón Pérez, a ver qué os parece.

Primero pongo el vídeo y luego doy mi opinión, vale? (¡Hay que ver el vídeo antes de seguir leyendo, eh!)





¡A que todos habéis seguido leyendo sin ver el vídeo! Desde luego... :D

Bueno, a ver... yo creo que este vídeo era más actual hace 20 o 30 años, pero ahora resulta demasiado tópico. Creo que las mujeres ya no somos tan torpes, y los hombres no son tan vagos.

¿Qué opináis?

18 de abril de 2010

Noche de póker con mi marido y sus amigotes



A mi marido le encanta jugar al póker y llevaba mucho tiempo queriendo organizar una timba con sus amigotes, pero claro, no resultaba fácil porque la mayoría están casados y muchos tienen hijos. Tras varios intentos, el viernes consiguió convocar a unos cuantos, y como admitían mujeres, nos acoplamos otra chica y yo.
Estrenábamos un juguetito de mi marido: una supercaja llena de fichas de póker auténticamente falsas donde pone “Las Vegas”. Van en una maleta metálica que pesa como un muerto y parece que sea para llevar la metralleta. Había que verle el día que se la compró, estaba como un niño con zapatos nuevos… Fue en un viaje a París: la vimos en un escaparate y todo era pasar por delante de la tienda: Mira, churri, qué chula”, “No me la compro, que es muy cara…”, (segunda vuelta…), “¿Me la compro?”, (tercera vuelta), “Seguro que la voy a usar para jugar con los amigos. Y tú también puedes jugar”, (cuarta vuelta, esta vez yo), “Cariño, vamos a entrar y te la compras, ¡porque al final van a pensar que queremos atracar la tienda! Además, me veo mañana volviendo a por la maleta, y como ya no la tengan te va a dar un pasmo!”. Una vez dentro vio el mantel ese verde que usan los profesionales, que total es un trozo de fieltro en el que ponía no sé qué y valía un pastón, y otra vez “¿Me lo compro, churri?”, “¡Sí, por favor, cómpratelo!”.




Total, que el viernes llegó el gran día, el del estreno del juguete, dos años después de haberlo comprado. Nos juntamos el churri y yo, Oscar y Ruth, Pablo, Jorge, José Carlos, y mi jefe.

A mi jefe, sin que él lo supiera, lo llamaban “la víctima” como en la serie “Los Soprano”, porque se suponía que lo iban a desplumar. Pablo se tomó muy en serio la partida y nada más llegar se puso una gorra y gafas de sol, digo yo que para que fuera más difícil pillarle los faroles. El disfraz lo completaba poniendo cara de duro de película de bajo presupuesto, y el resultado era para partirse de risa, parecía que nos iba a pedir un euro por indicarnos donde aparcar el coche, en plan gorrilla.

Jorge no paró de comer en toda la noche, que parece que tenga la solitaria (y luego se queja de que su hija de un año se pasa el día comiendo. Debería alegrarse, señal de que es el padre, no tengo ninguna duda…). Mi jefe, que casi nadie sabía que era mi jefe porque vino como amigo de Jorge, que además es su socio, que a su vez es el sobrino de José Carlos aunque solo se llevan tres años (lo siento si os habéis liado, lo comprendo…), resultó que sabía jugar al póker, con lo cual ya no lo podían desplumar.

Intenté convencer a Ruth para irnos nosotras de cañitas, pero resulta que a Ruth le mola lo de las timbas y no coló, así que, después de veinte años sin jugar al póker, tuve que hacer el último esfuerzo mental de la semana para recordar las reglas y de paso actualizarme, porque este no era el póker de toda la vida, era el “Golden Póker”, que en realidad resultó llamarse el hold’em poker , de eso me he enterado esta mañana. Para el que no lo sepa, hay tres fichas que van rotando: la del “Dealer” (aunque mi subconsciente siempre leía “leader”, que parece más lógico, por aquello de ser el que da las cartas), la “Small Blind” (ciega chica), y la “Big Blind” (ciega grande). Había otra ficha, la “Missing Blind”, que yo llamaba la “ciega perdida”, pero nadie supo decirme para qué servía.

Pusimos diez euros cada uno y hasta la una de la mañana te podías reenganchar con otros diez euros, y en cada ronda iba subiendo la apuesta mínima. Con diez euros nos dieron a cada uno mil dólares en fichas, y empezó la timba. Hay que reconocer que el ambiente no era muy profesional que digamos, pero reírnos, nos reímos un rato.

Yo iba un poco a ciegas porque no tenía muy claro si el full era más que la escalera, o si el as valía como comodín o parecido, así que gané alguna mano casi sin tener ni idea, más por sicología que por técnica. Porque vamos a ver… la mayoría de los hombres son muy transparentes, y yo soy un poco bruja, y con solo mirarles a la cara con lo que yo llamo la “mirada láser” sé si están mintiendo u ocultando algo.

El que peor mentía era Oscar, que encima era incapaz de concentrarse porque habla más que una mujer, que ya es difícil… Como trabaja de relaciones públicas en el aeropuerto, tiene miles de historias surrealistas para contar, aunque yo creo que las adereza con algo de imaginación, y hay que reconocer que tiene gracia, algún día haré una recopilación para el blog. Entre el tío que quería volar a Barcelona con un billete del Euromed, el que vino desde Almería para volar desde Alicante, pero en la agencia le habían vendido un billete para salir del aeropuerto de Almería, la señora que preguntaba si podía volar a Nueva York a pesar de la nube tóxica, y otras mil historias escenificadas con mucho humor, el tío no daba pie con bola y era facilísimo pillarle.

El cachondeo con el blog y con el churri dio mucho juego: cada dos por tres decían algo del estilo “Yo no me atrevo a hablar, que luego Susana lo pone en su Blog”, o “Esto lo tienes que escribir en el Blog”, o bien “Oscar, deberías hacerte un Blog, El rincón de Oscar”, “A ver cuando escribes en el blog acerca de esto o de aquello”, y encima a mi marido han empezado a llamarle “churri”, que el pobre dice que le están perdiendo el respeto y ya no tiene la imagen de hombre de hielo que tantos años le costó conseguir. Porque… ¿Os imagináis en Top Gun a Maverick diciéndole a Iceman: ”Churri, objetivo a las seis, ¡abre fuego!”? No queda de hombre duro, la verdad…

Lo que más gracia me hacía era ver cómo se pican los tíos. Si quieres que un tío haga algo, solo tienes que decirle “¡A QUE NO HAY HUEVOS!”, ¡y seguro que lo hace! Aunque sea la gilipollez más grande el mundo, no falla. Si su mujer está cerca y le echa una mirada asesina, puede que se guarde el honor en un bolsillo y no acepte el desafío, pero aún así, es difícil. Un hombre de verdad pierde antes a su mujer, que admitir que no tiene huevos. Por suerte los amigotes de mi marido tienen mucho sentido del humor y usaban la frasecita en plan choteo para picarse entre ellos, pero con coñita o sin ella, el caso es que iban cayendo.


Cada dos por tres alguno soltaba la típica parida de tíos cuando van en manada, y que todos se descojonan de risa, no se sabe muy bien por qué. Esta vez era la canción del TROLOLÓ, que yo no había oído en la vida, y que al parecer cantaba un ruso hace no sé cuantos años. La he tenido que buscar en Youtube y me he quedado así: O_O. Cuando no era eso, tocaba hacer el gallináceo, en plan movimiento de brazos encogidos, cual gallinas, diciendo ¡POOO-POPOPOPO-POOOO! Estaban monísimos...


Yo salvé la honra porque no fui la primera a la que desplumaron, y como no tengo huevos, pues no me reenganché. Hice algo muy femenino para un viernes a la una de la madrugada: me tapé con la mantita y me quedé frita en el sofá. Aunque fue un sueño controlado: yo seguía con una oreja abierta, tampoco era plan de dormirme profundamente y empezar a dar cabezadas o quedarme con la boca abierta y cara de tonta, que mi marido es muy borde y siempre me hace fotos en esos momentos tan humillantes para luego descojonarse.

En algún momento salí del letargo momentáneamente, como cuando Pablo dijo con mucho apasionamiento: “¡Los tíos es que podemos estar toda la noche bebiendo, jugando al póker, o follando!”, que abrí un ojo y dije “¡Eso último es mentira :D!". … y el churri diciendo que a las cosas de hombres no se puede llevar a los niños, refiriéndose a mi, claro.

Cuando conseguí despertarme, resultó que estaba mi marido en pleno duelo con José Carlos, con una fortuna falsa encima de la mesa, y todos mirando con una cara mezcla de envidia-pena-expectación-felicidad. Al final ganó el churri, y yo ahí, durmiendo en el sofá, en lugar de estar de pie a su lado, con minifalda y tacones, como en las pelis de gángsters. Si es que ya lo he dicho en alguna ocasión, soy todo glamour…


Os dejo con la canción del TROLOLÓ, dedicada a los amigotes del churri :D.



(Vídeo actualizado el 19/10/2013. Resulta que la letra es "trololó" porque censuraron la canción, así que todo se quedo en eso, trololó-trololó-trololó. Curioso).

14 de abril de 2010

¿Qué nos pasa a las mujeres a los 40? (Parte 1)





A las mujeres a partir de los 35 nos empiezan a ocurrir “cosas”… a los hombres también, pero en su caso la presión exterior es mucho menor y hasta lo malo tiene su lado bueno. Por algo a ellos las canas les hacen interesantes, y a nosotras mayores.

Pero si a los 35 empiezan a pasar cosas, alrededor de los 40 la cantidad de fenómenos extraños que experimentas va en aumento. De repente un día te das cuenta de que te están saliendo alas. Si, sí. ALAS. Levantas los brazos delante del espejo ¡Y te ha crecido la carne! ¡Incluso te ha podido salir celulitis en los brazos! Da igual que sigas pesando lo mismo. Y entonces dices “… esto ayer no estaba aquí…”, “… se me ha despegado la carne…”. A partir de ese día no dejas de mirarte en todos los espejos que te encuentras, a ver si se nota o no se nota, o desde qué ángulo se disimula más. Y empiezas a entender esa frase que leíste un día en una revista, en boca de una actriz madurita: “las mujeres a partir de cierta edad es mejor que no enseñen los brazos”. ¡Buf! Tú todavía puedes enseñarlos, pero empiezas a sentir eso de que vas hacia atrás… Y como tengas que meterte en un probador, ¡pobre de ti! Si es que parece que colocan las luces adrede para que salgas pronto, todo por no mirarte. Ahí no es que veas las alas, ¡ves el pollo entero!

En ese momento decides hacer algo… lo que sea… y empiezas por lo barato: LAS CREMAS. Pero las cremas baratas, de momento, que tampoco hay que pasarse. Bueno, tengo una amiga que ya ha empezado con el bótox, y juro que el día que me lo contó me dejó muerta. Sobre todo porque junto con el bótox sacó el tema de la menopausia, porque ya tenía trastornos, ¡con “sólo” 42 años!

Bueno, a lo que iba, que me enrollo… Hasta los 40 habías sobrevivido con tu cremita de diario y el contorno de ojos (y no siempre), pero a partir de los 40 empiezas a ser consciente de que todo se va cayendo. ¿Lo más fácil qué es?: buscar una crema. Si total, ¡hay muchísimas! Sí, demasiadas… De eso te das cuenta cuando entras en Internet para ver si te aclaras un poco.

Veamos lo que pasa en este punto de la historia: Tecleas “L’Oréal”. Y va y te salen ¡20 marcas que dependen de L’Oréal! Eliges otra vez “L’Oréal Paris”, que era la que tú buscabas. Como te suena que lo tuyo va de “LIFT”, pues entras en Revitalift. Hasta ahí vas bien, pero en ese punto la cosa se complica. Tienes tres opciones: limpieza, cuidados y cuidados específicos. ¡Bufff! Pues limpieza, ¿no? Aunque con un poco de suerte no volverás a cometer el error de querer usar, una vez más, leche limpiadora y tónico, a estas alturas deberías saber que con suerte usarás jabón en lugar de una agüita rápida antes de irte a la cama. Pero ya que estás… Pues Limpieza: “Crema limpiadora calor activo”. El caso es que lo lees y te dan ganas de probar: “la piel se alisa instantáneamente y su grano se afina. Uhmmm… tentador… No, ¡Paso!

Siguiente: Cuidados (de limpieza hay tres más, nada menos, pero tú ya sabes que te quedarás con el jabón, así que ¡no lo leas!). Aquí es donde te empiezas a liar: tienes la de día, la de noche, la de rostro, y la de contornos y cuello (¿pero para el día o para la noche…?). Como el cuello te preocupa, eliges la última, a ver si la piel de pollo esa que sólo tú eres capaz de ver en el espejo (solo tú de momento…) desaparece. Porque L’Oréal te lo dice muy claro: la piel está más firme, como remallada (toma ya…). En 4 semanas el cuello está revestido, el rostro y los contornos están redefinidos”. Vamos, que no sabes si lo que necesitas es una malla para sujetarte la cara, o revestírtela en plan enlucido de yeso, o redibujártela!

Pero no sufras, lo peor está por venir. Porque después del Revitalift Doble Lifting, que amablemente te aclaran que puedes usar encima de las otras dos, porque claro con tanta crema te faltan horas en el día para usarlas, viene el Revitalift ¡¡“Arrugas de fisura”!!, que son las que “te envejecen más que otras y se ven desde lejos”. ¡Pero si esas no las tenía ni mi abuela!

Y llegas al producto estrella: la crema con rodillos. Esta viene con un tapón especial con dos cuernos con rodillos, que más parece un escarabajo que una crema, ¡da miedo! Pero sobre todo, da miedo el prospecto: “con el tiempo… los contornos del rostro se abotargan, sobre el cuello aparecen arrugas de pliegue”. ¡Joder! ¡¡¡¿¿¿Pero esto qué es???!!!

En ese punto la web te sugiere hábilmente otro producto: EL COLÁGENO. Ese al menos te suena de toda la vida. Total, solo hay cinco diferentes, y uno ya lo tienes porque este verano viste a Linda Evangelista anunciando que ella tiene unos labios perfectos (sin código de barras, que diría mi madre) porque se pone una crema que son dos con el mismo tapón, así como siamesas, y que una es para el labio superior y otra para los labios-labios, que no es lo mismo, no vayamos a pensar… Y claro, como en un probador te pareció ver una rayita muy fina muy fina encima del labio, te la compraste. Y no estás mejor, pero tampoco estás peor. ¿Será por la crema? Pues a lo mejor será…

Y ves que crema con colágeno hay de día, de noche, y de ojos, pero una especial: el rellenador de colágeno. Aquí, si no supieras que esto es una crema, creerías que estás leyendo un artículo de Bricomanía: “su textura con goma de silicona penetra en las hendiduras de las arrugas para rellenar los huecos que se producen”, “día tras día el surco de las arrugas está como rellenado”. ¡Madre de dios! ¡No sé si seré capaz de repasar las juntas del baño sin pensar en el colágeno! ¿Vendrá con la espátula...?

En ese momento piensas que a lo mejor te has equivocado de web, y pruebas con otra, a ver si no te deprimes tanto. Por ejemplo, "Nivea", la de toda la vida. Aquí también hay algo de lift, “Expert Lift” (bueno, hay que aclarar que pone a partir de 50 años, pero digo yo que si vale para 50, para 43 también. Lo que no vas a usar es el anti-acné a estas alturas). Vamos allá… “A partir de los 50 años... (bla bla bla) los contornos empiezan a descolgarse”. Lógico. Si primero se te destensa la cara, luego se te descuelga. ¡Hay que joderse! Sigo leyendo: “…la piel queda visiblemente reconstruida, retensada y sedosa…”, y todo eso con un extracto de anís 100% y un poco de ácido hialurónico, ná menos. Pero estamos ya reconstruyendo, nada de rellenar ni de enlucir, ¡no te vayas a pensar!

Vamos a cambiar de web, a ver si a la tercera va la vencida. "Garnier", por ejemplo, que esa también es barata. Y seguimos con el lift… esta vez el “Ultralift Pro-X”, pero lo de Pro no es de profesional, no, es de Proxylane, que rellena las arrugas aunque no te dice cómo.

En vista del éxito con los lifts, te planteas que a lo mejor el fallo es buscar una crema barata, así que te vas a la de Inés Sastre, a ver si te pones tan mona como ella: "Lancôme". Esta es mucho más chic, aquí seguro que encuentras la-crema-de-tu-vida. ¡Y ya lo creo que la encuentras! A 98,80 euros, ¡ahí es nada! 50 ml, ¡que no tienes ni para 15 días! Porque no hay que olvidar que el escote necesita los mismos cuidados que el cuello, porque ahí también se pone la piel de pollo… Eso sí, el nombre tiene clase: “Rénergie Morpholift R.A.R.E”, ¿qué te parece, eh? Y encima es un tratamiento lifting-reposicionante-ultranutritivo-reafirmante-antiarrugas-IP15, así, todo seguido. Este directamente “ayuda a reposicionar los volúmenes relajados del rostro. 25.000 micro-liftings actúan para tensar inmediatamente la piel y alisar las arrugas”. Juro que cuando me suban el sueldo la pruebo, ¡tiene que ser la pera!

Seguimos, no nos vamos a dejar amedrentar por unas cuantas cremas, a estas alturas... Nos queda una opción, la más radical: BABA DE CARACOL… ¡Pero ojo! Al parecer no vale cualquier baba, el caracol tiene que estar estresado cuando le recogen las secreciones. Y digo yo… ¡¿CÓMO SE ESTRESA A UN CARACOL?! ¿Y cómo se recogen las babas? ¿Montan una granja de caracoles y les dejan pasear, los hacen andar sobre una cinta, les ponen un examen? Yo desde luego no me atrevo con esta, me da mucho repelús, la dejaré para las valientes.

Pero lo último de lo último, lo más, es… ¡EL VENENO DE VÍBORA!, "responsable de inhibir las contracciones musculares". Ni de coña me pongo yo eso, no estoy tan desesperada. Creo que mejor le digo a mi churri que me dé un bocao, porque seguro que será más efectivo. 

Continuará, no penséis que esto acaba aquí... Y por cierto... 
¡HOY CUMPLO 43!