26 de septiembre de 2010

Cómo sobrevivir a una terapia de pareja

Los que seguís este blog sabéis que hablo casi siempre de parejas. Parejas que todavía no se conocen, parejas que empiezan, parejas que no se entienden, parejas que se gustan, parejas que no se soportan,  parejas felices, parejas rotas, parejas en crisis… Hoy voy a hablar de estas últimas, como siempre en un tono ligero. No penséis que trato de frivolizar, en absoluto. Una pareja es algo muy serio, sobre todo si hay hijos por medio, pero tomarse la vida con sentido del humor ayuda a superar los malos tragos, y eso es lo que he intentado hacer siempre. Casi todo en la vida tiene un lado cómico o positivo, solo hay que saber encontrarlo y potenciarlo.

Vamos a ver… Terapias de pareja… Lo primero que me viene a la mente es que una terapia de pareja es perfecta para separarse. En serio, ¡no falla! La explicación es muy sencilla, no es que yo sea negativa: todos esperamos al último momento y cuando llegamos no queda gran cosa que pueda salvarse. Voy a tratar de contaros mi visión del asunto desde el punto de vista de la mujer, y me temo que la del marido no es muy distinta, por las experiencias que me han contado algunos amigos, aunque creo que hay pequeños matices.

Cuando llegas a la consulta del sicólogo, ese ser que hasta ese momento solo necesitaban los desequilibrados, normalmente estás en un momento de tu vida parecido a este:

  1. No echas un polvo en condiciones desde hace meses y meses, por no decir años.
  2. No recuerdas cuando fue la última vez que te reíste a carcajadas con tu marido.
  3. Probablemente hace siglos que no te depilas las piernas.
  4. Empiezas a mirar “mal” a otros hombres.
  5. Ya solo llamas cariño a tu hijo.
  6. Cuanto más lejos está él, más a gusto estás tú.
  7. No pasa un día sin que discutáis varias veces, o no os dirijáis la palabra.

Ante este panorama desolador, tienes dos opciones:

A)     Acudir al sicólogo.
B)      Buscar un abogado.

Si no tienes hijos seguramente te irás al abogado, porque no nos vamos a andar con tonterías a estas alturas, ¿no? Y si tienes hijos, tratarás de salvar algo del naufragio y te buscarás un terapeuta.

¿Y qué ocurre en la consulta del sicólogo? ¿Qué puedes hacer para sobrevivir a ese momento?

Primero: a la consulta hay que llegar, a ser posible en pareja. Me explico: ¡llevar a un hombre al sicólogo es jodido que te cagas! Porque vamos a ver, si no habla ni contigo, qué le va a contar “a la tía esa”. Encima, si es del tipo marido-paranoico, como la sicóloga seguramente será mujer, pensará que le van a hacer una encerrona entre las dos, así que antes muerto que en esa ratonera.

Segundo: antes de ir hay que hacer examen de conciencia, como antes de confesarse, que creo que se hacía algo de eso. Vamos, que tienes que sentarte contigo mismo y decir: “la verdad es que a veces soy un poco borde”, o “reconozco que algunos días no me aguanto ni yo”, etc, etc, etc. Como uno de los dos llegue en plan Hombre-Perfecto o Mujer10, no haréis más que prolongar la agonía.

Tercero: Hay que dejar hablar al otro sin poner cara de cuando-lleguemos-a-casa-te-vas-a-enterar, porque claro, ¿¡cómo expones tus quejas con Torquemada en la silla de al lado!?

Cuarto: Cuando el sicólogo te ponga deberes, no pongas cara de vaya-mierda-con-el-poco-tiempo-que-tengo. Hay que ser aplicado y anotar las veces que él/ella hace algo que te gusta, por ejemplo, que suele ser una de las tareas. Total, no lo vas a apuntar tantas veces ;).

Quinto: No pongas cara de póker cuando el sicólogo te hable de empatía, asertividad, comunicación, respeto, etc. Sí, estás en terapia, no en un curso de marketing para directivos, no ha confundido los apuntes, y lo que te van a contar es francamente útil, aunque te cueste creerlo.

Sexto: Sé sincero, deja de ir si lo vives como una carga sesión tras sesión, y búscate un abogado. Todos te lo agradecerán, hasta los niños.

Séptimo: No olvides lo más importante. LA GENTE NO CAMBIA. Si tu marido es un muermo, o tu mujer una sosa, por poner un ejemplo, no esperes que cambien. Si uno no es cariñoso, o no es simpático, o tiene mala leche, o habla por los codos, no esperes que cambie, es imposible. Podrá intentarlo una semana, dos semanas, pero volverá a las andadas, porque no puede evitarlo, es como es. La gente no cambia, y no es justo pedirle a nadie que lo haga, ¿no os parece? ;)

Octavo: La parte más difícil de la terapia fue para mí que había que partir de cero. Me explico: tienes que eliminar las ideas preconcebidas que tengas, y convencerte de que tu pareja no va a tener las reacciones que a ti te suelen molestar. Por ejemplo: si cuando llegas a casa y le preguntas por el día que ha tenido, te suele soltar un bufido, y por lo tanto has dejado de hacerlo, tienes que retomar la costumbre dando por hecho que eso no va a pasar, que te va a contestar amablemente. Vamos, dificilísimo de hacer.

Noveno: ¿Qué ocurre si uno de los dos tiene un amante? Supongo que aquí hay gustos para todo. Yo creo que si has llegado a ese punto es porque tu pareja te importa poco, y no digamos si te has enamorado del amante, en ese caso yo sería incapaz de seguir con mi marido. Si a pesar de todo quieres intentar la reconciliación, o bien has dejado ya al amante, o lo tendrías que dejar nada más empezar la terapia, ya que otra cosa sería absurda. Si eres la engañada y no sabes nada, en ese caso “ojos que no ven, corazón que no siente”, pero si lo sabes, tienes que ser capaz de perdonar de verdad, y eso es muy difícil. Yo sé que sería incapaz de hacerlo porque perdería la confianza en el otro, por eso siempre he defendido que si caes en la tentación y te arrepientes, te tienes que aguantar y callarte para siempre, por muy mal que lleves los remordimientos.


Veamos un ejemplo de situaciones que se pueden dar en una terapia de pareja. Imagina que el terapeuta os dice: “Vamos a sorprender a nuestra pareja haciendo cada semana una cosa que le guste”. Una señal de lo mal que está la pareja es que te tienes que estrujar el cerebro para encontrar algo con que sorprenderle, pero imaginemos que piensas: como mañana es su cumpleaños, vamos a revivir un poco la-cosa-del-sexo, como lo llama mi madre, así que me compro un conjunto de braga y sujetador súper sexy y le doy una sorpresa”. Y piensas “no puede fallar”. ¡ERROR! Llegas a casa, te pones el traje de matar, y sales del baño en plan “¡TACHÁN!”, así como en el circo, que solo te falta saltar a través de un aro gigante, y le dices “¡Tu regalo, cariño!”. ¿Y qué te dice él? “¡Pues vaya! ¡Eso será un regalo para ti! ¡No me lo voy a poner yo!”. Y piensas No. No te lo vas a poner… ¡te lo vas a tragar!”. Lo peor de todo es que muchas mujeres no sólo no mandarán a la mierda en el acto a semejante marido, sino que encima se acostarán con él para que no se enfade.

Nota: por comentarios en este post, las reacciones de los hombres ante la lencería sexy se merece un post exclusivo.

Puede ocurrir que a mitad de terapia lleguéis a un punto en el que el sicólogo proponga un alejamiento temporal. Yo creo que en este momento hay que ser honesto: si resulta que estás deseando que haga largos viajes de trabajo, o que le destinen a otra ciudad, o te apetece que ese alejamiento sea en Australia, mejor ni lo intentes y opta por el plan B (abogado). Si aún así lo quieres probar todo, hay una regla de oro: alejamiento es alejamiento TOTAL. Ni teléfono, ni correos, ni mensajes, ni verse para tomar un café. Solo así sabrás si le echas de menos. Si pasado un mes estás tan ricamente, vuelve al plan B.

Algo bastante típico es que el marido no se preste voluntario para la terapia, así que te las tendrás que ingeniar para engañarle. El principio básico es el siguiente: determinados hombres tienen tal necesidad de reafirmarse (o únicamente de llevarte la contraria), que se negarán a realizar cualquier actividad en la que no hayan tomado la iniciativa, o simplemente que les pida su mujer. Si esa actividad consiste en hacer algo tan “vergonzoso” como ir al sicólogo, vas lista. Dejando de lado que más te vale darle puerta a un marido de este tipo, como estamos en la fase inocente de la terapia, esa en la que creemos en milagros, os propongo un truco (esto que no lo lean los hombres, ¿vale?):

Paso 1: Inicias tú sola la terapia, porque ya se sabe, “el problema lo tienes tú”.
Paso 2: Le pides que te acompañe un día porque el sicólogo necesita hablar un momento con él, así le preguntará cosas acerca de “tu problema” y podrá enfocar mejor la terapia. Como ahí  tu marido dispone de una oportunidad de oro para hablar de lo chunga que es su mujer, no le desagradará la perspectiva.
Paso 3: Cuando llegáis al sicólogo, él pasa primero. Tú ya estás conchabada previamente con el sicólogo para que lo enganche el tiempo suficiente, y que parezca que, hablando hablando, ha surgido la posibilidad, quizá interesante, de hacer una terapia juntos. Ya intentará el sicólogo que hasta parezca idea de tu marido.
Paso 4: El sicólogo te hace entrar justo al final, para proponerte la terapia, cosa que a ti, obviamente, te sorprende, pero bueno, te prestas a ello. En este punto tienes que sacar a relucir tus dotes de actriz.

Personalmente, y con la perspectiva que te dan el tiempo y la experiencia, me parece lamentable que a tu pareja, la persona con la que quieres compartir el resto de tu vida, la tengas que engañar para iniciar una terapia, que no es más que un intento a la desesperada de recuperar lo que un día hubo. Así que, si le supone un sacrificio y un esfuerzo enormes, es alguien que no te merece, mejor que vete directamente al abogado, que ahí, si no te quiere acompañar, puedes ir tú solita. ¿O no…? ;)


EPÍLOGO: Los hijos. En este tema es difícil ponerse de acuerdo. Yo os puedo decir mi opinión personal: creo que los hijos no deben ser nunca una excusa para permanecer juntos, y siempre he defendido que más vale una buena separación que un mal matrimonio. A la larga estoy convencida de que todos salen beneficiados, todos sin excepción. Mantener una relación donde ya solo queda un piso compartido, unas obligaciones y unos hijos, puede convertirse en un verdadero infierno, y eso los niños lo notan. Mejor cada uno en su casa y respetándose mutuamente, que juntos y haciéndose daño. Sé que no es nada fácil, pero por mi experiencia y por todas las que tengo alrededor, hasta ahora nunca he visto que esta regla falle. Es muy duro, pero al final siempre se supera. Pero insisto: sé que no es fácil y que cada uno debe tomar su propia decisión y a su ritmo.

Para suavizar os dejo con un vídeo del genial Mark Gungor, que viene muy al caso y es realmente bueno. En este vídeo dicen algo al principio que da para otro post: “Si le pides a una mujer que describa a su hombre ideal, ¡describe a una mujer!”. ¿No os da que pensar? J




11 de septiembre de 2010

¿Eres un hombre de verdad? Test de la Estructura Cerebral




… la respuesta la tendréis completando este test, directamente sacado del libro “Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas”, de Allan y Barbara Pease. Lo leí hace años, en una época en la que trataba de entender por qué los tíos eran tan raros e incomprensibles, jejeje, y bueno, algo he aprendido desde entonces. El caso es que tanto hablar de hombres y mujeres desde hace meses, y no había caído en que el Test de la Estructura Cerebral es algo muy revelador y muy curioso, así que lo he rescatado para que más de uno se lleve una sorpresa.
Para que no hagáis trampa (que os conozco…), la interpretación del test la voy a poner en mi otro blog, al final del test.
Os recomiendo que lo hagáis, es divertido y te hace pensar.
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TEST DE LA ESTRUCTURA CEREBRAL 

Este test se diseñado para indicar el grado de estructuración masculina o femenina del cerebro. No hay respuestas correctas o incorrectas y el resultado es una simple indicación de los niveles de hormonas masculinas que su cerebro recibió, o no, durante las 6 y 8 primeras semanas de gestación. El nivel hormonal se refleja en sus preferencias, valores, conductas, estilo, reacciones, orientaciones y elecciones.


1. Cuando tiene que buscar una dirección en el mapa o en la guía: 
a. Tiene dificultades y casi siempre pide ayuda. 
b. Tiene que darle vueltas al mapa hasta orientarlo según su dirección. 
c. No tiene ninguna dificultad para mirar mapas o guías. 

2. Está cocinando una receta complicada mientras escucha la radio y, de repente, le llaman por teléfono. Usted: 
a. Deja la radio puesta y sigue cocinando mientras habla por teléfono. 
b. Apaga la radio, sigue hablando por teléfono y cocinando. 
c. Le dice que ya le llamará más tarde cuando acabe de cocinar. 

3. Unos amigos van a venir a su casa y le piden que les indique el camino. Usted: 
a. Les hace un mapa indicando claramente el camino y se lo manda o pide a alguien que les indique exactamente cómo llegar. 
b. Primero les pregunta si conocen algún punto de referencia por la zona y después les explica cómo llegar. 
c. Les explica verbalmente cómo llegar “Coges la M3 hasta tal pueblo, giras a al derecha, llegas al 2º semáforo...” 

4. Cuando intenta explicar una idea o un concepto, usted seguramente: 
a. Utilizará un lápiz, un papel y gestos. 
b. Explicará la idea verbalmente utilizando lenguaje corporal. 
c. Explicará la idea verbalmente, siendo claro y conciso. 

5. Cuando vuelve a casa después de haber visto en el cine una película fantástica, usted prefiere: 
a. Recordar mentalmente las escenas de la película.
 
b. Hablar de las escenas y de lo que se dijo en la película. 
c. Citar casi literalmente las palabras utilizadas en la película. 

6. En una sala de teatro, prefiere sentarse: 
a. A la derecha del teatro. 
b. Le da totalmente igual. 
c. A la izda. 

7. Un amigo tiene un problema técnico con algún aparato. Usted: 
a. Le compadece y le dice cómo se siente usted cuando le pasa lo mismo. 
b. Le recomienda a alguien fiable para que se lo repare. 
c. Intenta averiguar cómo funciona el aparato y arreglarlo usted mismo/a. 

8. Se encuentra en un lugar desconocido y alguien le pregunta dónde está el norte. Usted: 
a. Reconoce que no tiene ni idea. 
b. Reflexiona un poco a averigua dónde está. 
c. Puede señalar el norte sin ninguna dificultad. 

9. Ha encontrado un lugar para aparcar el coche, pero es bastante pequeño y tiene que dar marcha atrás. Usted: 
a. Intentará encontrar otro sitio. 
b. Intentará dar marcha atrás y aparcar cuidadosamente. 
c. Hará las maniobras necesarias sin problema. 

10. Está viendo la TV y suena el teléfono. Usted: 
a. Descolgará el teléfono con la TV puesta. 
b. Bajará el volumen de la TV y contestará. 
c. Apagará la TV, ordenará a la gente que se calle y entonces contestará. 

11. Acaba de oír la nueva canción de su cantante favorito. Cuando acabe, usted: 
a. Puede cantar gran parte de la canción sin dificultad. 
b. Puede cantar algunas partes sólo si se trata de una canción muy sencilla. 
c. Encuentra realmente difícil acordarse de cómo sonaba la canción, pero puede acordarse de algunas palabras. 

12. Cuando tiene que dar resultados: 
a. Emplea su intuición. 
b. Toma una decisión basada en la información que tiene a su disposición y en lo que le parece bien. 
c. Utiliza hechos, estadísticas y datos. 

13. Ha extraviado las llaves. Usted: 
a. Decide hacer otras cosas hasta que alguien las encuentra. 
b. Hace otras cosas, pero intenta recordar al mismo tiempo dónde las dejó. 
c. Intenta rebobinar mentalmente hasta recordar dónde las ha dejado. 

14. Usted está en un Hotel y, de repente, oye el ruido de una sirena: 
a. Puede indicar inmediatamente de dónde procede el ruido. 
b. Si se concentrase seguramente averiguaría el origen del ruido. 
c. No podría identificar de dónde viene el ruido. 

15. Usted va a una reunión social y le presentas a 7 u 8 personas. Al día siguiente: 
a. Puede acordarse fácilmente de sus caras. 
b. Sólo recordaría algunas caras. 
c. Seguramente recordaría los nombres antes que las caras. 

16. Usted quiere pasar las vacaciones en el campo, pero su pareja quiere ir a la playa. Intenta convencerla de que su idea es mejor y para ello: 
a. Le dice de forma emotiva lo que esas vacaciones significan para usted: le encanta el campo y los niños y la familia se divierten allí. 
b. Le dice que si accede a ir al campo usted le estará agradecido/a y no le importará ir a la playa la próxima vez. 
c. Utiliza hechos: el lugar donde usted quiere ir está más cerca, es más barato y hay muchas actividades deportivas y de ocio organizadas. 

17. Cuando planea sus actividades diarias, normalmente: 
a. Hace una lista para ver que hay que hacer. 
b. Piensa en las cosas que necesita hacer. 
c. Crea mentalmente un dibujo de la gente que tiene que ver, de los lugares a los que irá y de las cosas que hará. 

18. Un amigo tiene un problema personal y ha recurrido a usted: 
a. Se muestra comprensivo/a. 
b. Le dice que los problemas nunca son tan graves como parecen en un principio y le explicará porqué. 
c. Le ofrece sugerencias y opiniones lógicas para solucionar el problema. 

19. Dos amigos suyos que están casados tienen amantes. Usted: 
a. Se dio cuenta al principio. 
b. En una ocasión se dio cuenta y en la otra no. 
c. No se dio cuenta en ninguna de las dos. 

20. A su parecer ¿qué es lo más importante en la vida?: 
a. Los amigos y vivir en armonía con todos los que le rodean. 
b. Ser amable con los demás y mantener su independencia personal. 
c. Conseguir objetivos valorados por otros como su puesto, prestigio y escalar posiciones. 

21. Si le diesen a escoger, usted preferiría trabajar con: 
a. Un equipo en el que los integrantes fuesen compatibles. 
b. Trabajar con gente, pero manteniendo su propio espacio. 
c. Trabajar por su cuenta, independientemente. 

22. Los libros que prefiere leer son: 
a. Novelas y ficción. 
b. Revistas y periódicos. 
c. Libros que no sean de ficción, como las autobiografías. 

23. Cuando va de compras, suele: 
a. Comprar impulsivamente, especialmente cuando hay ofertas. 
b. Tiene ya un plan, pero lo puede cambiar sobre la marcha. 
c. Lee las etiquetas y compara los precios. 

24. Usted prefiere ir a la cama, levantarse y comer: 
a. Cuando le apetece. 
b. Siguiendo un horario bastante flexible. 
c. A la misma hora cada día. 

25. Acaba de empezar en un nuevo trabajo y ha conocido a mucha gente nueva del personal. Uno de ellos le llama a casa. Usted: 
a. Reconocería la voz sin problemas. 
b. No está seguro/a de si reconocería su voz. 
c. Tiene graves dificultades para reconocer las voces. 

26. ¿Qué es lo que más le afecta cuando discute con alguien?: 
a. Su silencio, que no responda. 
b. Cuando no entienden su punto de vista. 
c. Sus retos y comentarios fundamentados y demostrados. 

27. Cuando iba al colegio, ¿cómo se le daban los ejercicios de deletrear y escribir palabras? 
a. Le parecían muy fáciles. 
b. Uno de los dos ejercicios se le daba bien, pero el otro no. 
c. No se le daban muy bien. 

28. cuando tiene que bailar o hacer ejercicios con ritmo, usted: 
a. Puede “sentir” la música una vez se ha aprendido los pasos. 
b. Puede hacer algunos ejercicios o bailes, pero otros le cuestan un poco. 
c. Tiene dificultades para compaginar los pasos con el ritmo. 

29. ¿Se le da bien identificar e imitar sonidos animales? 
a. No muy bien. 
b. Regular. 
c. Muy bien. 

30. Al final de un largo día, usted normalmente prefiere: 
a. Hablar con amigos o su familia sobre su día. 
b. Escuchar a otros y hablar sobre el día que han tenido. 
c. Leer el periódico y ver la TV antes que hablar. 
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La puntuación y su explicación, aquí.